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viernes, 3 de mayo de 2019

MASONERÍA Y REVOLUCIÓN AMERICANA.




Hasta que punto la masonería estuvo detrás de la independencia de los Estados Unidos es algo que nunca sabremos con seguridad. Las primeras logias masónicas se instalaron en las colonias hacia 1717 y poco tiempo después, algunos de sus miembros comprendieron el papel que podrían desempeñar en alterar el orden político.

Podemos leer y leer, libros, revistas, artículos de prensa, y no podremos aclarar nada, al fin y al cabo estamos hablando de una sociedad secreta ¿no?. Algunos estudiosos piensan que los masones fueron los impulsores tanto de la revolución como de la posterior redacción de la Constitución. Masones fueron , entre otros, Benjamin Franklin y George Washington, así como 9 de los 55 firmantes de la Declaración de Independencia, y de los 39 firmantes de la primera constitución 13 llegaron a ser masones, pero posteriormente.

Que la masonería ha tenido un papel relevante en la configuración de los Estados Unidos, parece algo fuera de toda duda (al menos a los propios estadounidenses les gusta recordarlo), aunque su implicación e incidencia en el movimiento revolucionario, no pasa de la simple anécdota.


viernes, 9 de noviembre de 2018

PAPAGENO.




Papageno, el Hombre Pájaro, uno de los protagonistas de la Flauta Mágica de Mozart y Schikaneder, un cuento de hadas lleno de simbología masónica, que hace referencia a la eterna lucha entre el bien y el mal. Papageno es un personaje benévolo y humilde, cuya gran ilusión es enamorar a Papagena.

jueves, 23 de marzo de 2017

CATEDRAL DE SALAMANCA



Uno de los emblemas de la ciudad de Salamanca son las torres medievales de su catedral, que se elevan por encima de los cien metros de altura. En Salamanca conviven dos catedrales, la Vieja, medieval y románica, sobre la que se va superponiendo la Nueva, altura gótica, clasicismo renacentista y exaltación barroca.



Ieronimus, nombre elegido para la exposición que muestra parte de la historia y arquitectura de las dos catedrales salmantinas, es la latinización de Jerónimo de Perigeaux, uno de los más famosos obispos españoles, de origen francés, personaje de la Reconquista, capellán del Cid Campeador. Siendo Obispo de Valencia fue destinado a Salamanca para restaurar su diócesis, en el contexto de la repoblación puesta en marcha por Raimundo de Borgoña y Urraca de León. 



La Catedral Vieja se construyó durante los siglos XII - XV y la Catedral Nueva que se levantó durante los siglos XVI - XVIII. Una magna obra que abarca todos los estilos artísticos, románico, gótico, plateresco, renacentista, barroco, neoclásico y contemporáneo, y en la que han participado arquitectos, maestros de obra y los más insegnes artistas de cada época; Juan Gil de Hontañón, Juan de Álava, Rodrigo Gil de Hontañón, los Churriguera, Setién Güemes, Repullés y Vargas....



Durante siglos una ciudad entera colaboró para elevar estas catedrales a la mayor gloria de Dios.



La catedral románica de Santa María es una de las construcciones más monumentales y estéticas del panorama arquitectónico español, y hoy podemos disfrutar de ella gracias a un hecho excepcional; las autoridades decidieron dejarla en pie cuando se acometió la construcción de la Catedral Nueva.



El templo se inició durante las primeras décadas del siglo XII y se concluyó durante el siglo siguiente. En un primer momento se la denomina Santa María de la Sede y en general tenía más aspecto de fortaleza que de Iglesia. Un edificio puro y austero según los principios del románico, pero que ya empieza a incorporar elementos góticos.



A finales del siglo XV la antigua catedral se estaba quedando pequeña a medida que la ciudad crecía y se desarrollaba, una situación que obligó al cabildo plantearse la construcción de un nuevo templo. Los Reyes Católicos pidieron la autorización papal y en 1513 comenzaron las obras de una catedral dedicada a la Asunción de la Virgen, dirigidas por Antón Egás.


Las estancias interiores de las torres han sido objeto de largos y concienzudos estudios históricos, arquitectónicos y arqueológicos, en un proceso que incluía la restauración, y que ha posibilitado su puesta en valor.



La mazmorra fue construida en el siglo XIII en el nivel inferior de la Torra Mocha y la puerta de salida al exterior fue abierta en el siglo XVIII. 



La estancia del carcelero también fue construida en el siglo XIII. Situada también en la Torra Mocha aquí residía el guardian de la mazmorra.



Las iglesias cristianas presentan como característica constructiva que la cabecera, el lugar donde se sitúa el altar y hacia donde se dirigen las oraciones, está orientada hacia el este, en busca siempre del sol naciente. Como el orto solar – el punto exacto por el que sale el sol cada mañana – va cambiando según la estación del año, la orientación de cada templo varía con respecto a los otros. En ese sentido dicha orientación se establece hacia el nacimiento del sol en el día de la patrona o patrón bajo cuya advocación se construye el templo.



La música, parte esencial de la naturaleza, ha acompañado desde tiempos remotos a las liturgias y celebraciones religiosas, de tal forma que la catedral se revela como una auténtica caja de música. La voz es el instrumento primordial, y el coro barroco lugar por excelencia donde estas voces toman la forma de canto. De los cinco órganos que se conservan en la catedral, uno de ellos podría ser el más antiguo del continente.


Instrumentos renacentistas de viento y madera. Chirimía de contralto y barrilete de bombarda.



Históricamente la catedral de Salamanca ha ostentado la primacía en materia musical en el conjunto de las catedrales españolas.


El retablo de la Catedral Vieja es una pieza única (realmente eso cuentan en todas las catedrales que he visitado) en la que se funden el trascendentalismo bizantino y el humanismo del Renacimiento italiano. 53 paneles con escenas bíblicas ilustran el altar. Nuestra señora de la Vega, ilustre patrona de Salamanca, preside el retablo. Nicolás Florentino, en colaboración con sus dos hermanos, trabajó en los paneles.



La Sala del Alcaide es un ámbito con ventana abierta a la Iglesia Vieja y corresponde al siglo XII. En esta sala se pueden observar instrumentos musicales del Renacimiento, un cantoral de música gregoriana y algunos objetos relacionados con el culto y la liturgia. 



Esta campana gótica de bronce fue fundida aproximadamente en el año 1350. Las campanas eran el principal medio de comunicación en las ciudades medievales y existían más de cien tañidos diferentes según las necesidades: a nublado, a fuego, bula de cruzada, licenciamiento en la universidad, a procesión, agonía, toque de ánimas, excomuniones e incluso para exorcizar a la peste.


Bula de Celestino III fechada en 1196. Este documento confirma la concordia entre las iglesias de Salamanca y Ciudad Rodrigo, estableciendo los límites de ambas diócesis.




El Salón de la Bóveda se sitúa en el interior de la Torre de las Campanas, una sala construida en el siglo XIII. Este habitáculo fue el primer espacio que conectaba las Catedrales Nueva y Vieja. En su momento estuvo habitada por campaneros, relojeros y sus familias.


La tradición cuenta que este crucifijo de madera y esmalte del siglo XI lo llevaba el Cid en la batalla.



Otro documento fundamental para la existencia misma del templo. En 1289 el papa Nicolás IV expedió esta bula en favor del cabildo catedralicio de Salamanca. Concede 40 días de indulgencias a quienes apoyen económicamente la construcción de la Catedral Vieja de Salamanca aportando sus limosnas.


Privilegio rodado de Fernando II que concede privilegios a 25 personas que trabajaban en las obras de construcción de la catedral.


Los archivos son la puerta del pasado, que nos abre el futuro.



La roca nutre estos muros y la firma de albañiles y canteros quedó para la posteridad en sus sillares. La piedra de Villamayor, un tipo de roca caliza dorada y moldeable, es la materia prima que se utilizó para levantar la catedral. El cabildo contaba con sus propias canteras en la localidad en cuestión. Entre piedra y cantero se establece una profunda relación de complicidad, el hombre trabaja en silencio y la roca se deja transformar.



La sala alta, la más elevada de la Torre Mocha, permite el acceso a las terrazas, a las cubiertas y a otras torres.



Como el entrañable Quasimodo en Notre Dame de París, las gigantescas catedrales góticas tenían a sus propios habitantes. Pertigueros, perreros, carceleros, campaneros, guardianes y demás trabajadores llenaban de vida estas estancias y pasillos, formando una ciudad en miniatura, donde cada uno cumplía su función en pos de un fin mayor, el correcto funcionamiento de la Catedral.


La Torre Mocha es una antigua atalaya defensiva almenada erigida durante la XIII centuria conocida por este motivo como “Salmantica fortis”. Hasta bien entrado el siglo XVIII se le fueron añadiendo modificaciones. 



El andén de la Torre Mocha, una terraza abierta al exterior, con vistas excelentes a la ciudad y desde donde gozamos de una impagable perspectiva de todo el conjunto catedralicio. 




Desentrañando los secretos de las dos catedrales, se miran de reojo, se desafían, pero sus sillares entran en simbiósis, convirtiendo la competencia en perfección .





Torre del Gallo, la cúpula de la Catedral Vieja, que emerge del transepto.






El coro barroco delimita espacios y destruye, en cierto sentido, el espíritu original del templo.


Desde aquí observa Dios a sus fervientes seguidores. Pero que no se nos olvide, que desde lugares parecidos, en cuanto altura, observa el rey a sus súbditos, el político a sus acólitos y las megaestrellas del deporte a sus fans.



Campanario, un centro de comunicación medieval. En la actualidad forman parte de este campanario catorce campanas, algunas de ellas con nombre propio como María de la O. Los campaneros vivían con sus familias en la torre, desde donde se encargaban de que todo funcionara correctamente.



Con 104 metros, la torre de las campanas es, excluyendo la arquitectura contemporánea, la torre más alta de España después de la Giralda. Un campanario que es una auténtica torre del homenaje.


Muy cerca del cielo. Salamanca a vista de pájaro.


El famoso astronauta es uno de los elementos más curiosos y exóticos de la Catedral de Salamanca.


Las catedrales las construyeron hombres, albañiles y canteros, estos empezaron a crear logias, que al pasar el tiempo dieron lugar a la Masonería, una institución que rinde culto y venera al Gran Arquitecto del Universo y cuya función “es combatir la ignorancia bajo todas sus formas y constituye una escuela de enseñanza mutua”.



La magnificencia de Dios convertida en piedra, la música del órgano nos acerca al cielo, la altura de columnas y bóvedas nos recuerdan lo ínfimo que somos, debemos mirar hacia arriba, elevar nuestra cabeza, nuestro corazón y nuestro espíritu para entrar con contacto con el Altísimo. Nosotros, pobre humanos, pasamos por la vida, pero la piedra, el mármol de la iglesia soporta mejor el paso del tiempo, símbolo inequívoco de la eternidad y la atemporalidad de Dios. Debemos ser conscientes de nuestra caducidad, y cuando llegue la hora de nuestra marcha, Dios nos esperará con sus brazos abiertos, y nos recibirá con gozo y regocijo, para él y para nosotros. No hace falta ser creyente para comprender perfectamente lo que puede sentir un auténtico y ferviente católico al penetrar en el interior de una catedral como esta.



Las grandes catedrales tienen un algo que atrapa, maravilla, acongoja, tanto desde el exterior como en el interior, una vez que estamos bajos su techo, son lugares mágicos y llenos de energía e historia.

Eternidad.




domingo, 11 de diciembre de 2016

SABINE DE PIERREFONDS



El oficio de constructor de catedrales era un mundo casi exclusivamente masculino, aunque en la teoría (y en la práctica) no existía el veto a las mujeres. No era lo más habitual, pero hubo alguna mujer entre las personas que levantaron las majestuosas catedrales urbanas de la época del gótico.


Sabine de Pierrefonds era hija del arquitecto jefe que trabajó en la iglesia de Estrasburgo. Sabine no se conformó con ser una simple oficial, y con dedicación y esfuerzo llegó a convertirse en maestra de gremio, además de un excelente escultora. Dirigió sendos talleres durante las obras de París y de Aminens, y una ver que tuvo organizado el suyo, formó a oficiales y aprendices. Muchas personas la consideran, a pesar de no haberse podido probar su existencia histórica, un pilar básico de la masonería.  

miércoles, 28 de octubre de 2015

HERMAN Y DOMINIKUS WAGHEMAKERE.



La tradición manda que los oficios pasan de padres a hijos. Los progenitores trabajan y enseñan las artes a sus vástagos, que comienzan de aprendices hasta que consiguen dominar el oficio. Los Waghemakeres, padre e hijo, Herman y Dominikus, fueron dos de los arquitectos más destacados del gótico flamenco de finales del siglo XV y comienzos del XVI. Trabajaron en Amberes, en Brujas y en Gante.  

sábado, 30 de mayo de 2015

LOS TEMPLARIOS Y LA MASONERÍA.



¿Realmente tuvieron alguna relación los primeros templarios con el nacimiento de la masonería? 

A pesar de haber desaparecido como orden militar en la segunda mitad del siglo XIV en la actualidad no son pocos los grupos que se reivindican como sucesores de los templarios y que, a la vez, mantienen una clara conexión con la masonería.

¿Se trata de meros farsantes con pretensiones delirantes o realmente tuvieron alguna relación los primeros templarios con el nacimiento de la masonería? La peripecia de los caballeros del Temple es, sin ningún género de dudas, uno de los episodios más apasionantes no sólo de la Edad Media sino de toda la Historia universal. De hecho, su mismo final parece apuntar más a un inicio que a una verdadera conclusión. El 18 de marzo de 1314 era quemado en París el Maestre de los templarios, Jacques de Molay, tras un proceso que había durado más de un lustro. Desde su pira mortuoria, de Molay emplazó a Felipe el Hermoso de Francia, a Guillermo de Nogaret, mayordomo del monarca, y al Papa Clemente, desarticulador de la orden para que antes de que concluyera el año comparecieran 
ante el tribunal de Dios para responder del proceso y la condena de los templarios. De manera escalofriante, los tres emplazados fallecieron antes de que se cumpliera el año y además en el caso de la dinastía reinante en Francia -una dinastía que no había tenido problemas de sucesión a lo largo de tres siglos- se produjo una extinción dramática en breve tiempo.

El proceso de los templarios, íntimamente relacionado con su disolución por decisión papal, sacó a la luz un cúmulo de acusaciones que iban desde la práctica de la sodomía, un pecado relativamente menor, a la utilización de la magia negra en ceremonias secretas y a la blasfemia idolátrica. Que Felipe de Francia, ansioso por obtener más fondos y despojador poco antes de los judíos, buscaba fundamentalmente llenar sus arcas parece fuera de duda; que Guillermo de Nogaret le sirvió buscando no el que resplandeciera la justicia sino beneficiar a su señor es innegable y que el Papa Clemente se plegó a las presiones del monarca galo, en parte, por miedo y, en parte, por superstición parece muy difícil de discutir. Tampoco puede cuestionarse que Molay y otros acusados fueron sometidos durante años a tormento y que, posteriormente, renegaron de las confesiones suscritas bajo el efecto de la tortura, un hecho que precipitó precisamente su condena a la pena capital. Sin embargo, existe más de una posibilidad de que las acusaciones vertidas contra la orden del Temple no fueran del todo falsas.

Fundada al calor de la I Cruzada, la orden del Temple fue el primer intento de establecer una entidad que incorporara tanto el factor monástico con el militar en su vocación espiritual. De ahí que recibiera el apoyo entusiasta de san Bernardo y que no pocos reyes -incluidos monarcas de los reinos españoles- la miraran con agrado y la favorecieran. Los templarios se convirtieron en un ejército eficacísimo en la lucha contra el Islam. Sin embargo, no contaron con 
ningún énfasis en cuestiones relacionadas con el ejercicio de la caridad y no tardaron en entregarse a funciones de carácter bancario que casaban mal con su vocación de monjes soldados. Por si fuera poco, algunos de los caballeros templarios no tardaron en sentirse atraídos por corrientes gnósticas orientales.

Que perdió buena parte de su carga espiritual primigenia y que no pocas veces funcionó más como una entidad crediticia que espiritual es innegable. Cuestión aparte es que, efectivamente, fuera culpable de los cargos formulados contra ella en el proceso orquestado por Felipe el Hermoso. De hecho, cuando la orden fue disuelta y se procedió a juzgar a sus caballeros en otras partes del mundo por regla general obtuvieron sentencias absolutorias.

Aún más. Cuando antiguos templarios dieron origen a nuevas órdenes como la de Montesa la iniciativa fue acogida favorablemente tanto por las autoridades eclesiásticas como por las civiles. En términos generales, por lo tanto, la orden del Temple no se había visto contaminada por los hechos
que se le imputaban y así se entendió en la época.

Hasta ahí todo entra dentro de lo normal. La cuestión, sin embargo, es que existen numerosas pruebas arqueológicas de que los templarios transplantados a Escocia sí quetomaron contacto con las primeras logias masónicas. Así, por ejemplo, en la capilla de los Saint Clair de Rosslyn los símbolos templarios coexisten con los masónicos sin excluir la cabeza del demonio Bafomet, una imagen -convengamos en ello- bien peculiar para ser albergada en el interior de una iglesia católica. No podemos determinar más allá de la hipótesis plausible cuál fue la relación exacta que los templarios establecieron con la masonería. Es muy posible que se relacionaran con ella de una manera natural impulsada, por una parte, por el gusto que algunos Templarios caballeros habían mostrado ya en oriente hacia cosmovisiones gnósticas pero también, por otra, por el deseo de vengarse del papado y de la corona francesa que habían acabado con su orden. En ese sentido, las muertes del Papa Clemente y de los herederos al trono francés han sido interpretadas como asesinatos templarios aunque, obviamente, tal supuesto no pasa de ser una especulación novelesca.

Fuera como fuese, durante los siglos siguientes esa vinculación de algunos templarios aislados a la masonería se convirtió en un punto central de su historia y de su propaganda. Se insistió en que los templarios habían formado parte de la cadena de receptores de secretos ocultos existente desde el principio de los tiempos -un hecho más que dudoso- y se dio nombre de templarias a algunas obediencias masónicas como la Orden de los caballeros templarios encardinada en el seno de la Gran Logia de Inglaterra u otras órdenes templario-masónicas en Escocia, Irlanda y Estados Unidos. La circunstancia no debería extrañar en la medida en que la masonería -como algunos templarios- se presentaba como enemiga declarada de la Santa Sede. La relación, por lo tanto, de algunos caballeros templarios con la masonería escocesa del siglo XIV resulta innegable. Que además formaran parte de la cadena de transmisión de los secretos masónicos o que dieran lugar a su vez a obediencias masónicas diversas resultan y cuestiones en las que pisamos un terreno mucho menos firme.
César Vidal 
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