El valle del río Soča (Isonzo en italiano) fue uno de los teatros donde se alzó el telón de la larga guerra del siglo XX. En esta región soldados italianos, austríacos y alemanes entablaron durísimos combates durante la Gran Guerra.
La sangre de miles de jóvenes (también los sesos y las tripas) , la simiente de una generación entera, derramada por un palmo más de tierra. Ellos creían luchar, y morir, por una diosa invisible y egoísta llamada Patria.
En la actualidad las aguas turquesas del Soča desean olvidar aquella tragedia y fluyen, hermosas y sonrientes, encajadas en un cañón rocoso que llevan milenios esculpiendo con dedicación y paciencia.
Sobre uno de esos promontorios, como una idílica postal, cargada de nostalgia y recuerdos placenteros , aparece Kanal ob Soči. Una pequeña población asentada en las gargantas del río Soča. Estamos en Eslovenia, a pocos kilómetros de Italia, pero la primera impresión es austríaca.
Luego te sientas en un bar donde se reúnen los vecinos, y la cháchara es eslava y el café italiano. Corto e intenso. Las fronteras son el invento más absurdo, y a la vez perverso, que ha pergeñado la mente humana.
Gentes de ambos lados, de cualquier frontera (natural) del mundo, conviven, comercian, se enamoran y se apoyan mutuamente. Solo estallan los conflictos y se desata la violencia, cuando al Gran Capital o al Papá Estado les interesa.
El estado es, y será, el aliado principal del capitalismo (sin desdeñar la valiosa ayuda de los medios de comunicación, periodistas, youtubers y demás fauna televisiva).
La nación, basada en cualquier dogma, es la zanahoria que utilizan para movilizar a los asnos ( y no me refiero a los inteligentes equinos). Y aunque estemos mediatizados y manipulados, la decisión de lanzar odio a los cuatro vientos es totalmente personal.
Kanal ob Soči es el nombre esloveno de la población que los italianos llaman Canal d'Isonzo y los alemanes Kanalburg. De su origen y pasado medieval apenas quedan unas pocas huellas visibles. Todo tiene un aire moderno (en el buen sentido del palabro).
La Plaza Kontrada es el centro histórico de Kanal y el asentamiento habitado más antiguo de la ciudad, con origen en la Plena Edad Media. Sin duda uno de los rincones más pintorescos de Kanal.
Una mañana de verano, más fresco que nuestro tórrido Mediterráneo, pasear por estas calles es una auténtica delicia. Nos acompañan el silencio y las plantas que crecen más allá del límite de las casas donde moran.
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