La
vida antigua prosperó en el mar porque en la tierra, sin existencia
de atmósfera, era inviable. El aporte de oxígeno de los primeros
seres marinos creó una primitiva atmósfera. La acción de la luna
posibilitó que surgieran las primeras criaturas terrestres.
Debido
a su cercanía a la Tierra, la atracción que ejercía sobre las
mareas, dejaba zonas intermareales de varios kilómetros. En estas
franjas de terreno húmedo, hace unos 365 m.a. (durante el Devónico)
apareció el primer pez que desarrolló unos mecanismos de adaptación
que le permitieron sobrevivir tanto en zonas inundadas, como en zonas
secas. Este Tiktaalik, capaz de respirar aire y caminar a cuatro
patas, es un ancestro de los animales terrestres.
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