“Yo, el rey, desde el vientre
materno yo soy un héroe, yo, Shulgi, desde mi nacimiento soy un
hombre fuerte, yo soy un león de mirada feroz, engendrado por un
dragón, yo soy el rey de las cuatro regiones, yo soy un pastor, el
pastor del pueblo de las cabezas negras, yo soy el noble, el dios de
todas las tierras, yo soy el hijo engendrado por Ninsun, yo soy el
elegido del corazón del santo An, yo soy el hombre cuyo destino fue
decretado por Enlil, yo soy Shulgi, el amado de Ninlil, yo soy aquel
que es tiernamente cuidado por Nintu, yo soy el único que fue dotado
de sabiduría por Enki, yo soy el poderoso rey de Nanna, yo soy el
león rugiente de Utu, yo soy Shulgi, aquel que ha sido
voluptuosamente elegido por Inanna, yo soy un mulo, el más adecuado
para el viaje, yo soy un caballo que hace ondear su cola en la calle
principal, yo soy un semental de Shakan, impaciente por correr, yo
soy un sabio escriba de Nisaba”
(Himno real de Shulgi. 2094 –
2047).
Shulgi fue hijo y sucesor de Ur-Nanmu, el fundador de la III
Dinastía de Ur. Durante su reinado se consolida la expansión y la
preeminencia del estado. Casi cincuenta años de mandato, en los que
consolida la herencia social, económica y política que había
iniciado su predecesor, haciendo efectivo el conocido como
Renacimiento Sumerio. Shulgi destacó además por su faceta
constructiva y las expediciones militares.
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