Alcíone
era hija de Éolo, guardián de los vientos, y Egialea. Se casó con
Ceice de Traquis, hijo del Lucero del Alba, y fueron tan felices con
su mutua compañía que ella se atrevió a llamarse a sí misma Hera
y a su esposo, Zeus. Esto, como es natural, molestó a los olímpicos
Zeus y Hera, quienes desencadenaron una tormenta sobre el barco en el
que viajaba Ceice para consultar con un oráculo y le ahogaron. Su
ánima se apareció a Alcione, quien, muy contra su voluntad, se
había quedado en Traquis y en consecuencia, enloquecida por la pena,
se arrojó al mar. Algún dios compasivo los transformó a ambos en
martín pescador.
Ahora,
cada invierno, la martín pescadora lleva a su macho muerto con
grandes lamentos a su entierro y luego construye un nido muy compacto
con las espinas de la ortiga de mar, lo lanza al mar,
pone sus huevos en él y empolla sus polluelos. Hace todo eso en los
Días del Alción, o sea, los siete que preceden al solsticio
invernal y los siete que le siguen, mientras Éolo prohibe a sus
vientos que agiten las aguas.
Pero
algunos dicen que Ceice se transformó en una gaviota.
Robert
Graves.
Los Mitos Griegos.
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