Tras la
ejecución sumaria de Fruela I, fue coronado rey de Asturias un primo
suyo llamado Aurelio. Este Aurelio era hijo de un hermano de Alfonso
I, y nieto, por tanto, del gran duque Pedro de Cantabria.
Dicen los
cronistas que este insípido monarca “no hizo otra cosa en paz ni
en guerra que bo se digna de memoria”. No siguiera sabemos si
Aurelio estuvo casado, ni si tuvo descendencia.
Se piensa
que las paces que el rey Aurelio consiguió con el emir de Córdoba
fue debida al consentimiento de que algunas jóvenes doncellas de
noble linaje cristiano se casasen con jerarcas musulmanes. Tal vez se
trate del origen del legendario Tributo de las Cien Doncellas.
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