Pecs
tiene fama de ser la ciudad más bella de Hungría. Con permiso de
Budapest, imagino. Lo que se indudable es su estigma de ciudad
multicultural e histórica de la llanura húngara.
En
Pecs se mezclan el remoto origen romano, la cultura cristiana
bajomedieval, con una de las Universidades más antiguas (y
prestigiosas) del país, la impronta otomana, las edificaciones
imperiales y la renovación artística decimonónica. Una ciudad
ecléctica que ha sabido conservar lo mejor de cada uno de los
periodos de su historia, todo ello aderezado con hospitalidad y buen
ambiente, imprescindible para aquellos que quieran conocer Europa
Oriental.
Necrópolis
romanas, iglesias cristianas y mezquitas otomanas. Hay templos que
fueron cristianos, seguramente elevados sobre antiquísimos
santuarios paganos, luego fueron mezquitas, y más tarde aún, de
nuevo cristianos. Y aparecen rematados con la Media Luna otomana,y
sobre ellas ¿en señal de victoria? la cruz cristiana.
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