Esposa,
madre y nieta de reyes, tía carnal del Califa Abderramán,
octagenaria y vitalista, casamentera experimentada, diplomática
avispada, exigente y amorosa abuela, comandante de ejércitos y una
de las mujeres más destacadas de su época. Una auténtica Reina
Madre de Navarra.
Nieta
del rey Fortún Garcés , hija de Onecca y Aznar Sánchez, y esposa de Sancho Garcés I , el noble que destronó a su abuelo. Su enlace con
el nuevo rey navarro fusionó definitivamente las dinastías Arista
(o Íñiga) y Jimena, a través del fruto de su seno, García Sánchez I . Además fue abuela de dos reyes de León, Sancho el Gordo y Ordoño
el Malo, y además suegra de Fernán González, el poderoso Conde de
Castilla.
Al
morir su esposo, Toda peleo contra todo, y contra todos para asegurar
el trono a su retoño. Nunca dudó en pactar con León o con Córdoba
según las necesidades del momento. De la misma manera que nunca que
le tembló el pulso para faltar a lo pactado.
Medió,
cual adelantada Celestina en los matrimonios de su progenia, casando
a sus hijas con lo mejor de cada casa y asegurando la influencia
navarra en los principales estados del momento, fraguando decisivas
alianzas. A Sancha la casó sucesivamente con Ordoño II de León,
con el conde de Álava, Herreméliz, y finalmente con Fernán
González. A Oneca con Alfonso IV de León y luego con un emir de
Córdoba, y a Urraca con el hermano y rival de Alfonso, Ramiro II.
Tía
carnal del gran califa Abderramán III, en ocasion de una razzia
andalusí que se dirigía hacia Pamplona, Toda invocó a los
antepasados y a la importancia de los lazos sanguíneos para
obligarle a renunciar a su presa. Cuando se presentó en el
campamento musulmán para rendir vasallaje fue recibido con altos
honores de Reina.
Cuentan
ciertas crónicas ultrapirenaicas, que durante la Batalla de Simancas , celebrada victoria cristiana sobre el Islam, la misma Toda,
montada a caballo, empuñó la espada que dirigó las mesnadas
cristianas hacia el triunfo en la lid.
Abuela
exigente y amorosa, con casi ocho décadas de vida, no dudó en
obligar a su nieto Sancho I el Craso, depuesto rey de León a
consecuencia de su sobrepeso, a viajar a Córdoba para someterse a
una cura de adelgazamiento con los especialistas médicos del
califato. Después de la convalecencia, con el apoyo de Abderramán
se dirigó a León y recuperó el trono para Sancho.
Murió
la reina Toda en el año 958, satisfecha de haber vivido una vida
plena y haber sido protagonista en los principales teatros de su
época.
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