Cuando
estudiamos el pasado nos movemos entre nombres, fechas y datos, que
consideramos seguros y probados (si no lo hiciéramos así sería
todo mucho más complicado y caeríamos en un nihilismo absoluto que
no nos llevaría a ningún lado). Pero en ocasiones aparece un nuevo
documento (o una nueva revisión o interpretación) y esos datos que
considerábamos fidedignas, no lo son tanto, y entonces cambia
nuestra aprehensión de la historia.
El
tiempo mismo hace que las fuentes desaparezcan. En otras ocasiones
son los vencedores de la historia los que borran nombres incómodos.
La mayor parte de las veces es la comodidad de pisar firme sobre el
suelo del conocimiento del pasado, lo que nos hace dar por supuestos
determinados acontecimientos. Y la posteridad olvida, o desconoce,
esos nombres borrados, eliminados, desplazados o pasados por alto.
Uno de esos nombres es Jimeno Garcés.
Jimeno
Garcés, el hermano de Sancho Garcés I , sabemos que jugó un papel
muy importante a la muerte del rey pamplonés, durante la minoría de
edad del heredero, García Sánchez , posiblemente actuando como
regente. Probablemente se enfrentó con la viuda de Sancho, la reina Toda, que defendía con uñas y dientes los derechos sucesorios de su hijo García. En ninguna de las múltiples listas de los reyes de Pamplona-Navarra, aparece Jimeno como rey.
Sin
embargo, Antonio Ubieto Arteta, basándose en un documento, "los
Anales de Pamplona", lanzó otra hipótesis; que Íñigo Garcés
fue rey de Pamplona entre el 925 y el 931, año de su muerte. Pudo
ser rey de Pamplona, estaba legitimado para ello, de eso no hay duda.
Pero murió y la corona acabó en la cabeza de su sobrino García
Sánchez. Posiblemente nunca conozcamos la verdad, pero al menos,
hemos sembrado la duda.
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