Desde el Neolítico el toro ha sido un animal que ha acompañado al hombre. Ha sido admirado, adorado y temido, y en numerosas ocasiones representado. De Girsú, una ciudad de Sumer que vivió su etapa de gloria hacia el siglo XXV a.C. procede esta cabeza de toro expuesta en el Louvre confeccionada en cobre, con incrustaciones de nácar y lapizlásuli. Muy probablemente sirvió para adornar la caja de resonancia de una lira.
Dinosauria 2024, una exposición colectiva comisariada por Hogre
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