La sorprendente, y
bastante desconocida aún, capital de Croacia tiene su origen, aunque
poco queda ya, en la Edad Media, cuando se encontraba dividida en dos
barrios o burgos, que a menudo se enfrentaban mutuamente; Kaptol en
una colina y Gradec, en la colina de enfrente. En la actualidad
forman la ciudad alta.
Ambos burgos estaban
unidos a través de un puente, que terminó siendo conocido como
"Puente Sangriento" por las frecuentes reyertas que tenían
lugar entre vecinos de un barrio y otro.
La Iglesia y la plaza de
San Marcos eran el centro de Gradec, mientras que la Catedral era el
corazón de Kaptol. En 1094 se fundó el obispado de Zagreb por el
rey Ladislao (rey también de Hungría), que concedió el cargo a un
clérigo checo, el obispo Duh.
A mediados del siglo XIII, acosado por los mongoles el rey húngaro Bela IV tuvo que huir de su país y buscar refugio en Zagreb. Tan bien se debió sentir aquí el rey magiar, que cuando el peligro pasó concedió a Gradec el estatus de ciudad real.
A mediados del siglo XIII, acosado por los mongoles el rey húngaro Bela IV tuvo que huir de su país y buscar refugio en Zagreb. Tan bien se debió sentir aquí el rey magiar, que cuando el peligro pasó concedió a Gradec el estatus de ciudad real.
La diócesis de Kaptol
podían incomunicar a la comunidad vecina e independiente de Gradec,
a lo que estos respondían provocando incendios. A pesar de la
enconada rivalidad, en ocasiones ambos burgos colaboraban entre sí,
como durante la celebración de ferias.
La unión de los dos
barrios y el nacimiento de Zagreb no se produjo hasta 1851.
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