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viernes, 2 de mayo de 2025

NO FUE EN TRANSILVANIA

 





Drácula no fue transilvano (aunque parece que vivió una temporada allí) mas todos creemos hoy que así fue (o así debió ser). Transilvania forma parte de nuestra cultura popular, mágica y legendaria, relacionada con historias de vampiros, licántropos y fantasmas (de la misma manera que Escandinavia es la patria de los trolls, los trasgos y los elfos). Transilvania es la “Tierra de más allá del bosque”; Rumanía es mucho más (muchísimo más que Transilvania), aunque esta región es una parte importante, muy importante de este país. ((¿¿Es un error intencionado titular este diario – o libro, o lo que quiera que sea lo que termine siendo – como La tierra más allá del bosque, por sus connotaciones poéticas y legendarias??)). Como hemos indicado Rumanía es mucho más que Drácula y Transilvania, y eso es lo que vamos a contar aquí. Aunque nunca dejaremos de seguir las huellas del famoso conde vampiro y voivoda empalador.

domingo, 9 de junio de 2024

EL BÚFALO DE AGUA EN HUNGRÍA.

 




Házi vízibaly (Bubalus bubali), el búfalo de agua forma parte de la cabaña ganadera tradicional en Hungría desde hace varias centurias. Su antepasado probablemente fue el búfalo de agua indio.



La primera mención documentada del búfalo en Hungría está datada en el siglo XI y procede de Transilvania. Su cría en el país comenzó en el siglo XVI por su carne, su leche y especialmente, su fuerza de trabajo. Su capacidad para el trabajo era esencial en zonas húmedas, fangosas y de complicado acceso de los condados de Somogy y Zala.




Después de la Segunda Guerra Mundial la cría de búfalos cesó casi por completo y en la actualidad es un habitante más de los parques naturales y reservas especializadas, estando protegidos por las leyes del Estado.

lunes, 30 de diciembre de 2019

ESENCIA RECUPERADA (O REINVENTADA).




Entre los dudosos logros del capitalismo se encuentra la uniformidad de las formas arquitectónicas, el mismo modelo urbano podemos encontrarlo en Uruguay, China, Rusia o Alemania. La personlidad (y la esencia) de pueblos y ciudades se detuvo en el siglo XIX. Las fábricas y la industria primero, los residenciales y centros comerciales (y de ocio) después, implantaron una forma de organizar el espacio urbano exportada, sin contemplaciones, a los cincos continentes.


Ahora, en los albores del Tercer Milenio, muchas poblaciones europeas (alejadas de circuitos comerciales y situadas en la periferia industrial) intentan conservar y restaurar esas señas de identidad que se fraguaron entre finales del siglo III y principios de la Era Industrial, esa larga Edad Media de la que hablaba el medievalista francés Jacques Le Goff.


Las urbes costeras y situadas en la llanura crecieron como Cabeza de Goliat, y es en las regiones más apartadas, aisladas e inaccesibles donde perduró esa esencia. En los tiempos que corren son tomadas como modelos auténticos de lo que debe ser Baviera, Bretaña, Andalucía o Transilvania. No obstante un peligroso enemigo las acecha y amenaza; el implacable turismo de masas.


miércoles, 27 de marzo de 2019

VLAD, LA MALDICIÓN DE DRÁCULA.




Cuatro jóvenes universitarios, dos chicos y dos chicas sobradamente preparados, se internan en los míticos montes Cárpatos para realizar sus tesis sobre la figura de Vlad III el Empalador. Amuletos, vampiros, leyendas y reencarnaciones en una aventura escrita con la misma tinta de las historias tradicionales de terror.



domingo, 17 de febrero de 2019

AGATIRSOS.



Los agatirsos, emparentados con los escitas (y probablemente también con los tracios), y de costumbres similares, vivían en el territorio de la actual Transilvania, en la llanura del Mures (Maramuresh), antes de la urbanización de esta región.

“De los agatirsos baja el río Maris y va a confundir sus aguas con el Danubio”. Heródoto.

Heródoto nos ha dejado una escueta descripción de ellos.

“Los agatirsos son unos hombres particularmente amantes del lujo y muy dados a adornarse con objetos de oro; además mantienen relaciones sexuales con las mujeres a discreción, para tener entre todos ellos lazos de parentesco y, merced a este vínculo común, no verse sujetos a la envidia y el odio mutuos. En sus demás costumbres, guardan relación con los tracios”.
Heródoto IV, 104.


Instalados en la orilla izquierda del Danubio, su territorio era rico en minas de oro. Una de las razonas para explicar la campaña de Darío contra los escitas ha sido, precisamente, suponer que deseaba hacerse con el control de dichas minas.

Heródoto menciona además a un rey de los agatirsos, llamado Espargapites. Según él, los griegos consideraban a los agatirsos, los gelonos y los escitas, pueblos hermanos. Niebuhr los asimiló a los getas (o dacios), fueron sometidos en la época de las grandes invasiones por los alanos, por lo cual han sido confundidos con ellos.

Vivían en chozas transportables, montadas sobre ruedas, muy parecidas a las utilizadas por los tracios. El comercio de joyas y del oro con los griegos debió ser una actividad muy lucrativa.

Virgilio los llama pieti, acaso porque tenían la costumbre de pintarse o tatuarse el cuerpo de color azul. Según la leyenda eran descendientes de Agatirso, un hijo de hércules.


Amiano sitúa a este pueblo a las orillas del río Volga, Ptolomeo al Norte de la Sarmacia europea, Heródoto en Transilvania, Plinio en Escitia, e incluso otros autores antiguos mencionan otra pueblo del mismo nombre a orillas del Marsius en Hungría. Incluso no faltan autores que los identifican con los agatciros mencionados por Prisco en su Historia Bizantina. Esta circunstancia parece indicar que o bien se trata de un pueblo de gran movilidad (a lo largo de los siglos) o bien que se trate de grupos diferentes conocidos con el mismo nombre.



martes, 19 de junio de 2018

ALBA IULIA Y LA HISTORIA DE TRANSILVANIA.





Tras los gruesos muros de la Ciudadela de Alba Iulia en alemán Karlsburg, en húngaro Gyulafehérvar, llamada Alba Carolina, queda expuesta, como un gran museo al aire libre, parte importante de la historia de Transilvania (y por extensión también de Hungría y Rumanía).


En un principio fue población dacia llamada Apulon y citada por el geógrafo Ptolomeo. Tras la conquista de Trajano se convirtió en el centro urbano más destacado de la provincia dácica. En esta época fue conocida con el nombre de Apulum y se convirtió en la sede de la Legión XIII Gémina.


En el siglo IX, cuando el estruendo de las invasiones parece haber cesado, aparece en las fuentes como Balgrad, es decir, “Ciudad Blanca”. Una centuria más tarde fue la capital del príncipe transilvano Gyula, derrotado por Esteban, el prime rey de Hungría. Desde estos momentos Transilvania sería una región del Reino de Hungría.


El gran militar de la Baja Edad Media Janos Hunyadi – enterrado en la catedral de la ciudad – la utilizó en su época como bastión en su interminable lucha contra el turco.


Entre 1541 y 1690 fue la capital del Principado de Transilvania. En noviembre de 1599 Miguel el Valiente – Mihai Vitazul - entró triunfante en la ciudad y se proclamó gobernador de Transilvania. Este voivoda de Valaquia también consiguió unirse a Moldavia. El 1 de Diciembre de 1918 se proclamó aquí la unión definitiva de Transilvania (desgajada del Imperio Austro-Húngaro derrotado en la Primera Guerra Mundial) y Rumanía.


La catedral ortodoxa frente a la catedral católica. Ambas comparten espacio y compiten por los fieles.


jueves, 10 de mayo de 2018

IGLESIA FORTIFICADA DE PREJMER.



En medio de la llanura transilvana, que recuerda a la Mancha, la iglesia de Prejmer, amurallada, es una auténtica fortaleza, con un origen medieval y aires renacentistas.


Un lugar donde la población podía refugiarse cuanto la caballería enemiga arrasaba los campos. Las murallas están llenas de silos y almacenes para guardar provisiones. !Qué viene Vlad Tepes, a las murallas!.


Una iglesia fortificada convertida en una auténtica ciudadela capaz de defenderse de forma autónoma. Mucho más compleja que las iglesias españolas que encontramos en España. 


En algún lugar he leído referencias al Castillo de Prejmer, sin ser exactamente una fortaleza, es un recinto fortificado muy interesante. Lo de menos es lo referente a la UNESCO. Es uno de los hitos más destacados del conjunto de iglesias fortificadas de Transilvania.


La iglesia fue levantada hacia 1218 por los caballeros de la Orden Teutónica. En su época de esplendor llegó a ser la ciudadela rural más destacada de todo el campo transilvano.
 


Cerca de Brasov, en la llanura. Sus gruesos muros y la pared encalada evocan recuerdos de viajes por tierras manchegas. Así imagino las paredes de los molinos contra los que acometió un desquiciado Don Quijote. Si han visto esos molinos podrán hacerse una idea de como son los muros de los que hablo. 



lunes, 7 de mayo de 2018

CIUDADELA DE ALBA CAROLINA.



La ciudadela de Alba Carolina encierra en su interior lo más selecto de la historia de la ciudad rumana de Alba Iulia; desde la época romana hasta la Primavera de los Pueblos. Y más allá la unificación de Transilvania con Rumanía.


El interior de la ciudadela es una plaza de considerables dimensiones, llena de estatuas, de entre las que destaca una gran representación ecuestre de Miguel el Valiente, con la maza en alto, tanto de grandes hombres de la historia, como de gente corriente realizando tareas cotidianas.


Además de una bonita y sencilla reconstrucción decorativa del antiguo foro romano.



En una de las esquinas, una pequeña placa, que suele pasar desapercibida, recuerda los 1900 años de la guerra entre Trajano y Decébalo.


Divertidas estatuas de bronce también las encontramos en las alegres y coloridas calles de Szeged, en la llanura panónica. Una duda, una pregunta ¿se parece Transilvania a Hungría porque vivió en su seno, o esta pintoresca región goza de personalidad propia?




sábado, 21 de abril de 2018

ALBA IULIA.



Siguiendo la estela del comandante Janos Hunyadi he llegado a esta ciudad, una grata sorpresa, que recuerda, y mucho a Hungría, a pesar de encontrarse en suelo rumano. Los romanos la llamaron Apulum, los húngaros Gyulafehervar, los alemanes Karlsburg y los rumanos Alba Iulia.


La moderna ciudad de Alba Iulia se dispone alrededor de la ciudadela de Alba Carolina, que tiene forma estrellada, un encantador espacio barroco, que esconde las huellas de su milenaria historia. Un gustazo pasear por su interior, totalmente peatonal. El centro histórico, y artístico, es como un enorme parque, con zonas ajardinadas, monumentos, museos, cafeterías, pizzerias, tenderetes y heladerías, un sitio ideal para pasar la tarde o perder una mañana visitando iglesias y empapándose de historias en sus museos.


Impresión; no creo que esta ciudad sea representativa de Rumanía, la Rumanía rural y exótica que flota en el imaginario del europeo occidental autofelaciente. Me gustaría saber de donde se sienten, en su fuero interno, los transilvanos. ¿Son húngaros?, ¿son rumanos?, ¿pretenden secesionarse de Rumanía y unirse a Hungría?. Cataluña puede ser la clave.


La catedral de Alba Iulia es una de las más destacadas de toda Transilvania, en su seno yace el Caballero Blanco, Janos Hunyadi.


Más nueva, pero no por ello menos hermosa, la catedral ortodoxa, dedicada a Miguel el Valiente, casi un santo nacional, está ubicada frente a la histórica catedral de Alba, y juntas (enfrentadas) dibujan la más típica postal de la ciudadela.


La catedral ortodoxa se levanta en el lugar donde estaba la iglesia de la coronación, destruida por los húngaros cuando Miguel el Valiente unificó Valaquia, Moldavia y Transilvania por vez primera en 1600.


Llanura de romanos. El 1 de Diciembre de 1918 sucedió en Alba Iulia un acontecimiento histórico, trascendental podemos añadir, cuando cien mil rumanos se reunieron en la llanura de romanos para votar la unión definitiva (por ahora) de Transilvania a Rumanía.



El rey Fernando I y la reina María (sus bustos flanquean una de las puertas de la ciudadela) eran los monarcas de Rumanía cuando se produjo la unión. Un museo y la biblioteca donde ser guardan los documentos, recuerdan el hecho.




martes, 10 de abril de 2018

CATEDRAL DE ALBA IULIA.




Consagrada a San Miguel, la catedral de Alba Iulia es una de las iglesias más antiguas (y emblemáticas) de Transilvania, edificada según los preceptos del gótico, un estilo arquitectónico que estaba de moda cuando se construyó la parte más importante del templo.


En un lateral de la nave principal se encuentra el sepulcro de Janos Hunyadi, paladín transilvano al servicio del rey de Hungría y ocasional regente de la monarquía magiar.


La devoción popular, mayoritariamente húngara, adopta la forma de pequeñas coronas de flores que lucen la bandera tricolor de Hungría. En una de esas coronas, depositadas con cariño sobre el mármol, creí entender (no recuerdo bien en que idioma estaba escrito) “escuela del rey Esteban”.


San Miguel arcángel, titular de la catedral. 



domingo, 25 de marzo de 2018

CASTILLO DE HUNYAD.




Castelol Corvino, un castillo para Drácula. Un puente de madera salva un profundo precipicio (del que no queremos ver el fondo) y permite la entrada a la fortaleza de Hunedoara, centro neurálgico de los dominios del noble transilvano Janos Hunyadi, un territorio más húngaro que rumano, de origen medieval, pero de arquitectura plenamente renacentista. 


Sin la magia de Poenari, la suntuosidad de Peles ni la publicidad de Bran, el de Hunedoara es el castillo más hermoso de Rumanía. El puente que salva el foso es digno de la novela de Bram Stoker. 


La fortaleza fue iniciada durante la primera mitad del siglo XV por deseo de Janos Hunyadi. Posteriormente su hijo, el rey Matías, añadió elementos constructivos típicos del Renacimiento. En el siglo XVII Gabriel Bethlen también acometió otra importante reforma. 





La puerta torre fue construida durante la primera fase de las obras del castillo, en vida de Janos Hunyadi. 


Gruesos muros, torreones hercúleos, esbeltas formas que sobresalen en un todo macizo, de apariencia inexpugnable. Concebido, en su apariencia actual (más renacentista que medieval) como símbolo de poder, que como recinto militar. Muy similar al palacio del rey Matías en Visegrad. ¿Trabajaron aquí los mismos albañiles que allá?. 





En este castillo se entrelazan las historias de Rumanía y de Hungría. Uno de los reyes más celebrados en la historia de Hungría, nació en la actual Rumanía. 





Aquí en Transilvania Hunyadi gana la partida a Vlad. En Valaquia será otro cantar. 






Pasamos por las salas del castillo, nos empapamos con su historia, con la vida de sus moradores. Un palacio fortificado para la nobleza. 



Capilla de estilo gótico tardío también es de época de Janos Hunyadi, y está consagrada a Juan el Bautista. Al contrario que la mayoría de los Rumanos, Janos Hunyadi era un ferviente católico. 


Sobre la Sala del Consejo (o de los Caballeros) se eleva la Torre del Homenaje, que domina toda la fortaleza, y que en caso de extrema necesidad se convierte en último reducto defensivo. Todo un plan perfecto para asegurar la defensa del castillo.


Próximas a la parte más fuerte del castillo se encuentran también las alcobas del rey Matías.



La habitación de la princesa. 


Este es el rincón reservado a las damas de la corte. 


Una estufa para calentar las estancias. (En el palacio de Matías en Visegrad hay algunas muy parecidas a estas).


El escudo de los Corvino. 


La Sala de los Caballeros donde se reunían los caballeros leales a Janos Hunyadi, decorado con vistosos estandartes, para celebrar fiestas, banquetes y ceremonias solemnes. 



Galerías cubiertas para comunicar habitaciones, torres y caminos de rondas. 


Orgullosa torre albarrana, exenta, para ayudar en la vigilancia y defensa de la fortaleza. 


En el taller del herrero se herraban caballos, se reparaban armas o se fabricaban herramientas. 


Cuando el noble no combatía, salía a cazar. 


"Tenéis agua, pero no alma". Cuenta una leyenda, que Janos Hunyadi prometió a unos prisioneros turcos la libertad a cambio de que cavasen un pozo con las manos. Tras quince años de duro trabajo, de la tierra brotó agua. Como recompensa los turcos fueron ejecutados. 



En la armería podemos contemplar una modesta colección de armas de la Baja Edad Media y el Renacimiento. Como han cambiado las guerras. 



Como todo castillo que se precie, este también cuenta con rincones lúgubres, como la sala de tortura.


Mazmorra, un oscuro agujero para las pesadillas. 


Transilvania fue tierra húngara, hoy es Rumanía. Los fantasmas de los soldados muertos en el castillo ¿a favor de quién lucharán hoy?.


Un enclave inspirador. Un lugar para escribir novelas, inventar cuentos, rodar películas o soñar aventuras. Imprescindible. Si Drácula, el de la novela, tuvo un castillo, fue este. (Y eso que Stoker ni lo visitó, ni lo conocía).






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