jueves, 5 de junio de 2025
lunes, 2 de junio de 2025
jueves, 29 de mayo de 2025
martes, 4 de marzo de 2025
jueves, 6 de febrero de 2025
PUERTO MENESTEO
Del mar Mediterráneo al Océano Atlántico, el río Guadalete cuenta la leyenda de Menesteo.
El rey de Atenas Menesteo dirigió las tropas atenienses en la Guerra de Troya y fue uno de los valientes que entró en la ciudad escondido en el vientre del famoso caballo de madera. Tras la trágica caída de Troya, navegó sin rumbo por el Mediterráneo, traspasó las columnas de Hércules, y en el lugar que bañan estas aguas, fundó un asentamiento, el Puerto Menesteo. El tiempo y la historia lo transformaron en el Puerto de Santa María, una de las poblaciones más animadas y dinámicas de la bulliciosa bahía de Cádiz.
Al amparo de la Gadir púnico-romana se desarrolló el Puerto Menesteo, bautizado como Alcanatif por los musulmanes. Sería Alfonso X, el hijo de Fernando III el Santo quién conquistó la plaza para incorporarla al reino de León y Castilla. Y sobre la mezquita se construyó en el castillo de San Marcos, que se convirtió en una de las sedes de la Orden Marinera de Santa María, dependiente de la casa madre situada en Cartagena (otra ciudad de larga historia púnica).
Y en el año 1500, el piloto Juan de la Cosa dibujó en la localidad gaditana el primer mapamundi en el que aparece la recién descubierta, América.
Sabores del Océano. Almuerzo en el Nautilus. Cortesía del capitán Nemo.
domingo, 27 de octubre de 2024
ALVISE DA CADAMOSTO
Genéricamente los venecianos son anfibios, viven (o sobreviven) con la cabeza en el sustrato sólido, la tierra, y el corazón en el medio líquido. Algunos son más peces que ranas, contemplan el horizonte, visionarios que sueñan con mundos fértiles más allá de las salobres aguas de sus lagunas. La mayoría de los habitantes de las islas vénetas han interiorizado esas lagunas como sus absolutos límites vitales. Uno de esos peces soñadores fue Alvise Cadamosto, un pionero en una época de pioneros, la Era de los Descubrimientos. Europeos lanzados al descubrimiento y la exploración de nuevos mundos.
Embarcadado desde muy joven en las galeras venecianas sería, sin embargo, navegando para el infante portugués Enrique “el Navegante”, como desarrolló sus grandes gestas marítimas. En esta ocasión cederemos la palabra a Daniel J. Boorstin que en su maravillosa obra, Los Descubridores, escribió lo siguiente sobre el explorador veneciano.
“Alvise da Cadamosto – un precursor veneciano de los capitanes de barco italianos como Colón, Vespucio o los Caboto, que servían a príncipes extranjeros – descubrió accidentalmente las islas de Cabo Verde cuando navegaba por la costa enviado por el príncipe Enrique, y luego remontó los ríos Gambia y Senegal hasta llegar a unos cien kilómetros del mar. Cadamosto demostró ser uno de los más observadores – y también de los más audaces – exploradores del píncipe Enrique. Estimuló a otros para que le siguieran con sus atractivos relatos sobre curiosas costumbres triables, la vegetación tropical, los elefantes y los hipopótamos”.