Del mar Mediterráneo al Océano Atlántico, el río Guadalete cuenta la leyenda de Menesteo.
El rey de Atenas Menesteo dirigió las tropas atenienses en la Guerra de Troya y fue uno de los valientes que entró en la ciudad escondido en el vientre del famoso caballo de madera. Tras la trágica caída de Troya, navegó sin rumbo por el Mediterráneo, traspasó las columnas de Hércules, y en el lugar que bañan estas aguas, fundó un asentamiento, el Puerto Menesteo. El tiempo y la historia lo transformaron en el Puerto de Santa María, una de las poblaciones más animadas y dinámicas de la bulliciosa bahía de Cádiz.
Al amparo de la Gadir púnico-romana se desarrolló el Puerto Menesteo, bautizado como Alcanatif por los musulmanes. Sería Alfonso X, el hijo de Fernando III el Santo quién conquistó la plaza para incorporarla al reino de León y Castilla. Y sobre la mezquita se construyó en el castillo de San Marcos, que se convirtió en una de las sedes de la Orden Marinera de Santa María, dependiente de la casa madre situada en Cartagena (otra ciudad de larga historia púnica).
Y en el año 1500, el piloto Juan de la Cosa dibujó en la localidad gaditana el primer mapamundi en el que aparece la recién descubierta, América.
Sabores del Océano. Almuerzo en el Nautilus. Cortesía del capitán Nemo.
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