domingo, 23 de febrero de 2020

JOE DIMAGGIO “YANKEE CLIPPER”.




En 1941, el número 5 de los Yankees de Nueva York, bateó en 56 partidos seguidos jugando en las Grandes Ligas, y estableció una marca, que ochenta años después, aún no ha sido batida. El protagonista de esta proeza no es otro que la súper estrella del beisbol, Joe Dimaggio. Un récord que, según los analistas de este juego, es muy difícil de superar en la actualidad. A esta marca hay que sumar 361 home runs, el triunfo en seis series mundiales y haber enamorado a la mismísima Marylin Monroe, la tentación rubia. DiMaggio tiene otra marca establecida, ser el jugador de beisbol más conocido en países donde no existe tradición en este deporte.


Joe Dimaggio, hijo de inmigrantes sicilianos (que como la cinematográfica familia Corleone llegó a América a principios de siglo XX), se desempeñaba como Jardideno Central, desarrolló todo su talento jugando durante trece años para los New York Yankees. En este tiempo ganó diez banderines de la Liga Americana, nueve veces las Series Mundiales y fue designado tres veces MVP. Todo esto convirtió a DiMaggio en un deportista muy popular en su país y en la primera gran estrella del beisbol (un deporte genuinamente americano). Al principio jugaba por matar el aburrimiento, y aunque en estos primeros momentos el beisbol no le apasionaba, cuando empezó a jugar en serio, comenzó a sentir un profundo amor por este deporte. Años más tarde declararía que “conseguir un hit diario es más importante para mí que comer, beber o dormir”.


Fuera del diamante DiMaggio fue un personaje popular y que gozaba de buena prensa, sin embargo en el terreno amoroso se mostraba inseguro y visceral. Su relación con Marylin Monroe estuvo marcada por los altibajos, la pasión irracional y los celos y el que fuese denominado “el Matrimonio de la Década” se rompió a los nueve meses. Aunque la relación entre la diva de la  gran pantalla y el héroe del deporte nunca se acabó del todo. Fue DiMaggio quien se ocupó de todos los detalles del funeral de la actriz y de que en su tumba nunca faltasen dos rosas rojas.


Convertido en una gigantesca figura popular, con todo el país rendido a sus pies y pendiente de él, DiMaggio aparece en una conversación en la novela de Ernest Hemingway El Viejo y el Mar. “Ten fe en los Yankees de Nueva York, hijo, piensa en el gran DiMaggio”. Paul Simon, el músico y poeta neoyorkino, también cita el deportista en su conocido tema Mrs Robinson, banda sonora de la película El Graduado, y cantada con su colega Art Garfunkel. Where have you gone, Joe DiMaggio?. A nation turns its lonely eyes to you.


Un periodista del New York Times escribió “No es por los récords de DiMaggio que lo recordamos, él es el más recordado por la persona que fue. Permanece como símbolo de excelencia, poder y caballerosidad”. DiMaggio, héroe del deporte, figura pública e icono de la cultura popular america en la década de los '50, un tiempo en que el romanticismo y el glamour parecían envolverlo todo. Muchos estadounidenses lo siguen recordando como el mejor jugador de beisbol de todos los tiempos y un símbolo del American way of life.





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