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viernes, 23 de noviembre de 2018

EL RENACIMIENTO SUMERIO.



Tras la caída del Imperio Acadio, y mientras los gutis controlan el Norte, algunas ciudades del sur sumerio experimentan un nuevo periodo de prosperidad que denominamos Renacimiento Sumerio. Nos situamos (cronológicamente) entre finales del III milenio e inicios del II milenio a.C. Las ciudades de Lagash y de Ur se sucedieron en el poder.

La II dinastía de Lagash recupera la organización de las ciudades-estado, manteniendo la hegemonía sobre otras ciudades, por medio de intensas relaciones comerciales. La cantidad de inscripciones y representaciones del patesi Gudea (2144 a.C.) hablan a las claras de la gran importancia de este rey, mejor administrador y diplomático que militar, construyó sistemas de irrigación y levantó templos en honor a Ningirsu, la deidad titular. Finalmente Lagash quedará eclipsada por Ur III. 

Ur-Namu funda la III dinastía de Ur (Ur III) e impulsó el Renacimiento Sumerio, lleva a cabo una importante expansión territorial y el Código de Ur-Nammu es la legislación más antigua de la que tenemos noticias. Estamos ante una sociedad con cargos arrendados y hereditarios, una aristocracia de funcionarios, campesinos y artesanos. En esta época aparece el Zigurat. Shulgi sucede a Ur-Nammu y con Ibbi-Sin finaliza Ur III, por la irrupción de elamitas y amorreos. 

La caída definitiva de la III dinastía de Ur marca el comienzo de una nueva época, el periodo de Isin-Larsa (siglos XX – XVIII a.C.). La rivalidad de estas dos ciudades protagoniza esta etapa.

En Isin, Ishbi-Erra restauró la política tradicional sumerio-acadia, puede considerarse (en ese sentido) heredera de Ur III. La cultura sumeria va desapareciendo absorbida progresivamente por los semitas.

En Larsa Gngu-Num (1930 a.C.) se proclama rey de Sumerr y Acad. El rey Rimsin somete Larsa y finalmente es conquistada por Hammurabi, La principal actividad económica, el comercio, estaba en manos privadas, aunque el estado cobraba impuestos sobre las mercancías.

viernes, 19 de octubre de 2018

LAMENTO POR LA DESTRUCCIÓN DE UR.




Martu de la montaña, que no conoce cebada; martu, fuerza de la tormenta, que nunca ha conocido ciudad”; “habitante de tiendas”; “que no tiene ciudad, que no tiene casa”; “martu, que no conoce casa, que no conoce ciudad, fantasma que vive en la montaña”; “martu: gente que desentierra trufas en el monte, que no dobla nunca la rodilla, come carne cruda, durante toda su vida no tiene casa, y cuando muere no tiene tumba”, “martu, gente destructora, cuyos instintos son de perro, de lobo”.

El texto es “Lamento por la destrucción de Ur”, estereotipos literarios sumerios sobre pueblos nómadas y montañeses. Martu es el nombre sumerio de los amorreos, un pueblo nómada. Los martu proceden de la zona sur oriental del desierto sirio-arábigo. El Imperio Acadio levanta una muralla contra los martu para impedir la invasión de éstos. (En la misma época los egipcios levantará un muro contra los hicsos). Este muro fue un fracaso y cuando Ur III entró en crisis, fue invadida por los amorreos. Aunque hay que esperar a la época paleobabilónica para que se terminaran de asentar estos amorreos.

lunes, 24 de septiembre de 2018

DOS IMPERIOS DEL CRECIENTE FERTIL: ELAM Y URARTU.



Sin la fama de asirios o babilonios, estos dos estados ejercían, en ocasiones, de puente entre los grandes poderes de la época. 


Elam estaba situado en la zona del norte del Golfo Pérsico y el este del río Tigris. Su capital era Susa, y Awan y Simab eran otras ciudades destacadas. Elam estaba habitada desde el IV milenio y ejercieron una intermitente influencia en Mesopotamia, alternando períodos se sumisión, bajo acadios y babilonios, con etapas de expansión, que incluyen la destrucción de Ur. Finalmente cayeron bajo el yugo asirio. 


El rey guerrero Sutruk-Nahunte I conquistó Babilonia y dejó testimonio escrito de su crueldad y el monarca Silhak-in-Susinak (hijo del anterior), un auténtico mecenas del arte y la cultura, dio forma al imperio elamita. 

En el terreno económico tuvo gran importancia la minería y el comercio de los minerales. Al parecer las mujeres tenían más relevancia social que sus vecinas, ya que tanto la esposa, como las hermanas del rey, gozaban de gran consideración. Además la sucesión era por línea femenina. 

Los elamitas tenían una lengua aglutinante (ni semita, ni indoeuropea), y a pesar de ls influencias mesopotámicas e indoeuropeas, mantuvieron cierta originalidad cultural.


Urartu fue un reino que surge en la región oriental de Anatolia, en las proximidades del lago Van, y consiguen a partir del siglo IX a.C., extender sus dominios por el Cáucaso, Anatolia y la meseta de Irán, antes de ser destruído por los cimerios. 

La minería, el comercio y la agricultura fueron sus principales actividades comerciales, en una zona intermedio entre Oriente Medio y Eruopa Oriental, que finalmente fue ocupada por los armenios. 





lunes, 27 de agosto de 2018

SHULGI, REY DE UR III.



“Yo, el rey, desde el vientre materno yo soy un héroe, yo, Shulgi, desde mi nacimiento soy un hombre fuerte, yo soy un león de mirada feroz, engendrado por un dragón, yo soy el rey de las cuatro regiones, yo soy un pastor, el pastor del pueblo de las cabezas negras, yo soy el noble, el dios de todas las tierras, yo soy el hijo engendrado por Ninsun, yo soy el elegido del corazón del santo An, yo soy el hombre cuyo destino fue decretado por Enlil, yo soy Shulgi, el amado de Ninlil, yo soy aquel que es tiernamente cuidado por Nintu, yo soy el único que fue dotado de sabiduría por Enki, yo soy el poderoso rey de Nanna, yo soy el león rugiente de Utu, yo soy Shulgi, aquel que ha sido voluptuosamente elegido por Inanna, yo soy un mulo, el más adecuado para el viaje, yo soy un caballo que hace ondear su cola en la calle principal, yo soy un semental de Shakan, impaciente por correr, yo soy un sabio escriba de Nisaba”
(Himno real de Shulgi. 2094 – 2047).

Shulgi fue hijo y sucesor de Ur-Nanmu, el fundador de la III Dinastía de Ur. Durante su reinado se consolida la expansión y la preeminencia del estado. Casi cincuenta años de mandato, en los que consolida la herencia social, económica y política que había iniciado su predecesor, haciendo efectivo el conocido como Renacimiento Sumerio. Shulgi destacó además por su faceta constructiva y las expediciones militares.



domingo, 6 de marzo de 2016

GUNGUNUM DE LARSA.




Príncipe amorreo de Larsa, artífice del esplendor de la ciudad-estado sumeria. Conquistó Lagash y arrebató Ur al poderoso reino de Isin, y gracias al control de estos importantes enclaves Larsa se convirtió en potencia regional en detrimento de su rival Isin.

sábado, 5 de marzo de 2016

UR NAMMU



Ur Nammu (2111 – 2003 a.C.) antiguo gobernador de Uruk creó un imperio y fundó la tercera dinastía de Ur (Ur III) considerada heredera legítima de los antiguos linajes sumerios englobados bajo los nombres de Ur I y Ur II.

La entidad estatal de Ur Nammu traspasó el umbral geográfico de Mesopotamia por la región de Elam y posiblemente de Siria. En otro orden de cosas, este Ur Nammu fue el primer príncipe que se intituló “rey fuerte, rey de Ur, rey de Sumer y de Akad”.

Protagonista de una sublevación, usurpador del trono o un cierto parentesco con Utuhegal de Uruk, son las hipótesis tradicionales que tratan de explicar la asunción del poder por parte de Ur-Nammu. Una vez sentado en el trono se dedicó a consolidar lo conseguido por su predecesor, eliminando además cualquier atisbo de amenaza exterior como hizo con el rey Nammahani de Lagash.

Los reyes de esta Ur III, con Ur Nammu además buscó enlazar su reinado con el glorioso pasado sumerio, a través de la identificación con personajes míticos, como Gilgamesh de Uruk, del que se consideraba hermano.


A la faceta militar, Ur Nammu suma su carácter de rey constructor, como promotor de magnas obras, como un zigurat, además de templos y santuarios levantados en otras ciudades. Además de Ur, cuya importancia radicaba en ser la cuna de la dinastía, otras urbes como Uruk, Nippur o Eridú se fueron convirtiendo en destacados centros.

Se atribuye a Ur Nammu el “código de reyes” sumerio (o código de Ur Nammu), anterior en el tiempo al legendario Código de Hammurabi.


Los otros soberanos, que junto a Ur Nammu formaron la tercera dinastía de Ur, fueron Shulgi, Amar-Sin, Shu-Sin e Ibbi-Sin.


martes, 1 de marzo de 2016

UTUHEGAL DE URUK.



El poder y la hegemonía en la Baja Mesopotamia oscila de una ciudad a otra según épocas. Los acadios se superpusieron sobre el sustrato original sumerio antes de sufrir una rápida decadencia, agravada por los invasiones de los montañeses guti. En el periodo siguiente las ciudades sumerias estaban prestas a recuperar su preeminencia. Entre ambos periodos de esplendor sumerio hace su aparición, la figura de Utuhegal, monarca de la V Dinastía de Uruk.


Utuhegal destruyó el reino (poco consistente) que fundaron los guti tras la desaparición del Imperio Acadio derrotando a su rey Tirigan e intentó establecer el dominio sobre otras ciudad de de Mesopotamia meridional. Utuhegal implantó un reinado de siete años inmediatamente anterior al comienzo de Ur III. A su muerte accedió al poder Ur-Nammu, que fue el auténtico artífice de la tercera dinastía de Ur.  

domingo, 14 de febrero de 2016

EL TOCADO DE LA REINA SUBAD.



Para Samuel Noah Kramer la Historia empieza en Sumer. El arte también. Y el fabuloso tocado de la reina Subad es un argumento de peso para sostener ambas afirmaciones. A finales de la década de los veinte (del siglo XX) un grupo de arqueólogos británicos y estadounidenses excavaron dos tumbas reales en Ur, nada que ver con la monumentalidad de las pirámide con los hipogeos del Valle de los Reyes. En una de las tumbas, junto a los cadáveres de los sirvientes y un cuantioso ajuar, aparecieron los restos de una dama, reina o tal vez sacerdotisa, cuyo nombre era, según las inscripciones, Subad, que fue enterrada con sus joyas y ajuar de tocador. De esta dama no existen referencias literarios, únicamente conocemos el maravilloso ajuar que se llevó consigo al más allá.


El cuello recubierto de collares, grandes pendientes en sus orejas y un espectacular tocado de hojas y flores de oro sobre la cabeza. Las sirvientas y damas de compañía también iban con joyas, aunque de menor brillo e importancia. Una reina Subad desconocida que alcanzó la inmortalidad y traspasó el umbral del tiempo para convertirse en parte imprescindible del pasado de la humanidad.  

jueves, 24 de abril de 2014

EL ESTANDARTE DE UR



Una de las obras cumbres del arte sumerio, datada hacia el 2.600 a.C., hallado por el arqueólogo británico Leonard Woolley y conservado en el Museo Británico. El estandarte real de Ur es una caja de madera de caras rectangulares y cantos trapezoidales de maderas ornamentadas con lapislázuli, cornalina y betún. Formado por dos paneles que muestran el desfile después de una batalla y el posterior banquete de celebración. 


Ambas caras se disponen en tres franjas horizontales llenas de diversos personajes. En el panel de la victoria apreciamos al rey, o patesi, con un tamaño mayor que el resto de las figuras, recibiendo a los prisioneros. Los vencidos convertidos ahora en prisioneros, son conducidos ante el monarca que aparece con la cabeza rapada (representación típica de la nobleza sumeria) los recibe acompañados de su corte. En la fila inferior una escena de batalla, carros de guerra arrastrados por onagros arrollar a los enemigos abatidos. 


En el banquete-ceremonia el patesi sedente destaca aún más, por encima del resto y alza su copa para brindar por la victoria. En ese sentido, el estandarte sirve para conmemorar el éxito militar del monarca sumerio. 

En la franja superior la nobleza, plácidamente sentada disfruta del banquete mientras algunos sirvientes tocan instrumentos y entonan canciones festivas. Los otros dos niveles representan una procesión de personajes que portan ofrendas y viandas para la celebración del banquete. 
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