miércoles, 9 de junio de 2021

VIOLANTE DE ARAGÓN, UNA REINA PARA EL REY SABIO.

 



Infanta de Aragón, reina consorte de Castilla, nieta de Andrés II de Hungría e hija de Jaime I de Aragón, una reina enérgica e inteligente, muy implicada en los asuntos de gobierno, que sin embargo, ha sido ninguneada por la historiografía, más interesada en ensalzar la figura de su esposo Alfonso X el Sabio. Y no es que la reina no aparezca, es que cuando lo hace, únicamente se tiene en cuenta una faceta negativa. Sirvan como ejemplo las palabras que le dedicó el historiador de principios del siglo XX, Antonio Ballesteros Beretta: “ La reina de Castilla, llamada Violante como su madre, heredará esa dureza dinastía de los Cárpatos, que daría base a una leyenda de criminales intrigas”. En una reciente biografía, María Jesús Fuente, arroja un poco de luz.

Fernando III de Castilla eligió a Violante como esposa para su heredero, una decisión que es necesario situar en un contexto político de acercamiento y entendimiento entre Castilla-León y Aragón. El papado también deseaba fomentar las buenas relaciones entre ambas coronas, por eso Inocencio IV accedió gustoso a firmar las dispensas necesarias para el enlace, debido al parentesco que existía entre los contrayentes. Finalmente en 1249, en la Colegiata de Valladolid se celebró el matrimonio entre Violante, que tenía unos trece años, y Alfonso de veintisiete.

En un primer momento, y debido a su juventud, Violante no quedaba embarazada, y el rey Alfonso se planteó repudiarla. No obstante la reina consiguió traer once hijos al mundo: Berenguela, primogénita y fiel a su padre hasta el final, Fernando de la Cerda, Sancho IV de Castilla, Beatriz, Leonor, Constanza, monja en el Monasterio de las Huelgas, Pedro, padre de Sancho el de la Paz, Juan, Isabel, Violante y Jaime.




En la vida de Violante de Aragón, podemos distinguir dos etapas. La primera, que transcurrió entre 1252 y 1278, intervino directamente en los asuntos del reino en apoyo de su esposo. Recurrió a su padre, Jaime I, en asuntos que interesaban a Castilla. Alfonso X nunca tuvo buena sintonía con su suegro, y recurría a Violante para negociar con el influyente monarca aragonés. Hábil mediadora, intercedió ante Alfonso a favor de los conejos de Extremadura y negoció con los nobles castellanos que se encontraban enfrentados.



La muerte del heredero Fernando, marcó un punto de inflexiónen la vida de Violante. Siguiendo lo establecido en las Partidas, la reina se decantó por sus nietos, los Infantes de la Cerda, como herederos, en lugar de su segundogénito, Sancho. En 1278 en compañía de su nuera, Blanca de Francia, hija de Luis IX, San Luis de Francia, y de sus dos nietos, abandonó Castilla sin el consentimiento ni de Alfonso, ni de Sancho, esperando el apoyo de su hermano Pedro III, para hacer valer los derechos al trono de los huérfanos de Fernando de la Cerda. El rey aragonés no quería problemas, ni inmiscuirse en asuntos castellanos, y no actuó como Violante pretendía. Un año después la reina regresaba sola a Castilla, pero nunca más se encontró con su esposo. Vivieron separados hasta que quedó viuda en 1284.

Con Sancho IV sentado en el trono, a la Reina Madre no le quedó otra que aceptar la situación. Aunque a la muerte de Sancho en 1295, volvió a intentar convertir en rey a su nieto Alfonso de la Cerda, en lugar de su otro nieto, el hijo de Sancho, Fernando IV el Emplazado. Las maniobras de Violante chocaron con las de su nuera, madre de Fernando, María de Molina, otra gran estratega. Ya se sabe que son las reinas las piezas más valiosas y versátiles en el tablero de ajedrez.

Violante desarrolló una interesante labor político con las fórmulas consideradas propias de las reinas; intercesión y mediación. Además la nieta de Andrés II el Hierosolimitano, llevó a cabo una intensa actividad cultural y de apoyo a las instituciones religiosas, apoyó a las Órdenes Mendicantes en Valladolid y fundó el convento de Santa Clara de Alloriz (en Orense). Inteligente y enérgica, madre y abuela protectora, patrocinadora de la cultura, la labor de Violante de Aragón, no desmerece en absoluto la de su esposo.




En el año 1300, Violante, ya mayor, peregrinó a Roma para ganar el Jubileo. A su regreso de la Ciudad Eterna, la Reina de Castilla falleció en Roncesvalles después de cruzar los Pirineos. El cadáver de Violante recibió sepultura en la Real Colegiata de Roncesvalles, donde se hallaba el sepulcro del monarca navarro Sancho el Fuerte, aunque se desconoce el lugar exacto donde reposan los restos de la reina. Otra tradición sostiene que fue enterrada en Santa Clara de Allariz.

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