Caminando por
la Navarra pirenaica, rumbo a Pamplona, atravesamos pequeños
núcleos, entre caserio y aldea, un síntoma de la despoblación del
mundo rural español y bonito ejemplo de poblamiento disperso.
Ilarratz es una de ellas y al paso encontramos un estupendo
descansadero, cubierto y equipado con bancos de madera. La noche
anterior unos peregrinos durmieron aquí. Nosotros que comenzamos
temprano la etapa los vimos recogiendo los sacos de dormir y
preparando las mochilas para reiniciar la marcha. Buen camino se
desean todos los peregrinos.
Pequeños cuentos centroeuropeos
Hace 1 hora
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