El 1 de Julio
de 1903 arrancaba el Tour de Francia, una exigente carrera ciclista,
cuyos participantes estaban destinados a escribir las más brillantes
páginas de la épica deportiva, pedaleando bajo el Sol y la lluvia,
con frío y con calor, con niebla y con viento, llevando al límite
la resistencia física del cuerpo humano. Una competición concebida
para forjar campeones, y entre todos estos campeones sobresale el
Caníbal Eddy Merckx.
La
determinación y la ambición personal de Eddy Merckx lo convirtieron
en un deportista muy competitivo, facultad que le valió el
sobrenombnre de Caníbal, pues siempre estaba dispuesto a devorar
toda competición que se le pusiera por delante: Campeonato del Mundo
en Ruta (3), Giro de Italia (5), Tour de Francia (5) y Vuelta a
España (1), así como gran número de Clásicas y carreras menores;
Milan – San Remo, Tour de Flandes, Flecha Valona, Lieja –
Bastogne – Lieja, Giro de Lombardía . . . su hambre desmedida de
triunfas le coloca (con los datos numéricos en la mano) como el
mejor ciclista de la Historia (para algunos incluso mejor
deportista). Una afirmación sobre la que existe unanimidad, jamás
un ciclista consiguió un dominio tan absoluto sobre esta apasionante
disciplina deportiva.
Eddy Merckx
nació en Meensel-Kiezegem, localidad belga, un país de gran afición
al ciclismo y cuna de grandísimos corredores. Eddy fue un niño
feliz, según sus propias palabras, que aprendió de su padre a
trabajar duro. Como muchos chiquillos odiaba la escuela y prefería
practicar deporte al aire libre, especialmente montar en una
bicicleta de segunda mano para emular a su ídolo, el ciclista belga
Stan Ockers.
En 1965
participó en su primera carrera profesional y comenzó a forjar una
leyenda a base de pedaladas, acumulando un total de 525 victorias,
record absoluto. En 1969 debutaba en el Tour de Francia y demostró
al mundo todo el potencial que un hombre perseverante y ambicioso
puede desarrollar. En la etapa reina del Tourmalet, a la que llegó
como líder destacado, decide reventar la carrera. Empieza a tirar en
las primeras rampas, corre más de 140 kilómetros en solitario y
gana la etapa sacando 8 minutos al segundo clasificado. Fue mi
victoria más bella. Nunca más me sentí tan fuerte, declaró
poco después. Ganó el Tour con seis victorias de etapa, ganando
además la regularidad, la montaña, la combinada y la combatividad.
Pero el mito
de Eddy Merckx no sólo se cimentó en la victoria, sino también en
la derrota, como aquella etapa del Tour de 1975 con meta en Avoiraz.
Eddy logró un meritorio tercer puesto, después de sufrir una
aparatosa caída que le provocó una fractura en la mandíbula y
aunque ese año no pudo conseguir la victoria en la Grand Boucle, no
dejó de pelear un solo momento por recortar segundos al líder
Bernard Thévenet (que acabaría logrando la victoria). 1975 fue la
primera vez que Merckx no ganaba ninguna de las tres grandes, la
carrera del deportista iba acabando al tiempo que empezaba a crecer
la leyenda.
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