La riba del Eo, es decir la
orilla o la Ribera del Eo, la ría que separa Galicia y Asturias,
población gallega que mira cara a cara a la vecina tierra asturiana.
Un enclave vacacional (para los habitantes del sur peninsular que
sufren tórridos veranos), una villa pesquera y una monumental ciudad
levantada (y embellecida) con el dinero de los indianos.
La Plaza de España es el centro
neurálgico de Ribadeo, en su entorno se concentran los edificios más
destacados de la villa, como el elegante palacio neoclásico de
Ibañez, sede actual de la Casa Consistorial y la preciosa Torre de
los Moreno, que no deja indiferente a nadie.
En origen una sencilla aldea de
pescadores que moraban en las orillas de la ría. En 1183 Fernando II
la eleva al rango de villa y otorga la posibilidad de celebrar un
mercado semanal. Poco a poco, Ribadeo va adquiriendo elementos
propios en el ámbito urbano como los conventos de San Francisco o
Santa Clara. Con el auge económico del siglo XIX nace el Ribadeo
Moderno, apoyado en los recursos de la emigración. Se derriba la
muralla medieval, se abren nuevos caminos y los indianos retornados
construyen sus pazos, desarrollando una arquitectura urbana moderna y
cosmopolita.
Muy cerca de Ribadeo se localiza
la famosa Playa de las Catedrales, un apreciado monumento natural que
corre el riesgo de morir de éxito.
En A Mariña Lucense,
Ribadeo es parada xacobea (obligatoria) con una importante densidad
de casas de indianos (aquellos que cruzaron el charco para hacer
fortuna) y como puerto de mar, urbe de comerciantes. En el centro
urbano histórico construían sus casas los ricos hidalgos y
comerciantes que convivían con marineros y artesanos. Resultado, un
entramado urbano que combina pazos blasonados con sencillas
construcciones de las clases menos pudientes.
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