Tez negra, faldones multicolores
y arcos largos. Así formaba alguno de los cuerpos de mercenarios
nubios que sirvieron en los ejércitos del faraón de Egipto. Y es
que entre todos los pueblos vecinos de Egipto, fueron los nubios los
más apreciados como soldados, en parte por su excelente manejo del
arco.
La presencia de tropas
mercenarias nubias en el ejército faraónico data del Imperio
Antiguo. El visir Uni habla de los mercenarios extranjeros: “Su
Majestad formó un ejército de muchas decenas de millares,
provenientes de todo el Alto Egipto, desde Elefantina en el Sur,
hasta Afroditópolis en el Norte . . . procedentes de Irtet de los
nubios, de Megia de los nubios, de Yam de los nubios, de Uanat de los
nubios, de Kaau de los nubios y provenientes del país de los libios”
Los
valerosos nubios formaron escolta y guardia personal de los faraones,
como el caso de Amenhotep III, que formó un cuerpo de élite con
soldados de esta procedencia. En tiempos del Imperio Nuevo los
soldados nubios integrados en el ejército del faraón combatían
bajo el mando de sus propios jefes.
Los nubios
utilizaron elefantes como arma de guerra. Desconocido su uso por los
egipcios, el elefante de guerra se extendió por todo el Norte de
África, hasta formar parte destacada de los ejércitos cartagineses
durante la Segunda Guerra Púnica.
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