Corazón de León, más conocido por la literatura (y el cine), que por la historia, más francés que británico, más de Leonor que de Enrique, más guerrero que político, su enorme estatua se agranda como su leyenda.
En un lugar privilegiado de Londres, junto al Parlamento, Ricardo I Corazón de León, la espada alzada hacia el cielo divino, romántico caballero cruzado, prototipo idealizado del buen gobernante.
....¿y qué importa la historia si tenemos las leyendas?....
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