Considerado el Palacio
Real habitado desde hace más tiempo y una de las principales
atracciones turísticas del Reino Unido, el origen del Castillo de
Windsor hay que rastrearlo en la Edad Media. Palacio Real y Castillo
que aún está en funcionamiento. Todo el boato de una corte
medieval, en los albores del tercer milenio.
No lejos de Londres, en
el condado de Berkshire, se encuentra Windsor, concebido como un
potente enclave defensivo a orillas del río Támesis, con el devenir
de los siglos se fue convirtiendo en una de las residencias favoritas
de la Casa Real Británica.
El aspecto que presenta
el Castillo de Windsor es exactamente el aspecto que uno espera que
tenga un castillo, con sus murallas, sus torres, almenas y
barbacanas.
En origen un bastión o
torre del homenaje, sobre una mota artificial, una plaza de armas
abierta a sus pies y una imponente muralla cercando todo el recinto.
Muralla, plaza y bastión son los elementos básicos de cualquier
fortificación medieval.
Su construcción se
inició en el siglo XI tras la conquista normanda de Inglaterra, bajo
el mandado de Guillermo el Conquistador. Una torre sobre mota
rodeada de tres murallas, que debía servir como baluarte de los
conquistadores normandos en las cercanías de Londres y cerca del
bosque de Windsor, una reserva real de caza. En principio se
construyó en madera, pero muy pronto, comenzó a ser sustituida por
piedra.
La mota artificial se
construyó con la piedra caliza extraída del foso circundante.
La muralla medieval,
recorrida por almenas que son como dientes de piedra, puede alcanzar
en algunos tramos, los cuatro metros de espesor.
El nuevo rey Guillermo
inició una política de fortificación, creando un anillo de
fortificaciones alrededor de Londres, ninguna de ellas a más de un
día de marchar.
Enrique I fue el primer
monarca en residir en el castillo y además contrajo matrimonio aquí
con Adela, la hija de Godofredo I de Lovaina.
En el año 1170 Enrique
II reemplazó la torre del homenaje normanda por la muy famosa torre
circular.
Enrique III construyó un
lujoso palacio en el interior del recinto y Eduardo III lo convirtió
en le proyecto arquitectónico más caro de toda la Edad Media en
Inglaterra.
Durante la Edad Media el
castillo fue residencia de reyes y sede del poder militar. Windsor
fue evolucionando hasta convertirse la en la residencia real favorita
para los monarcas ingleses.
El monarca Juan Sin
Tierra utilizó el castillo como residencia durante las negociaciones
que llevaron a la firma de la Carta Magna en 1215. Durante estos años
el castillo sufrió varios asedios y demostró su capacidad para
resistir estos envites.
Puertas y barbacanas,
puentes y fosos, para defender los puntos de mayor vulnerabilidad de
toda la fortificación.
En el interior del
castillo se encuentra la Capilla de San Jorge. En palabras de John
Robinson: “uno de los logros supremos del gótico perpendicular
inglés”. Esta iglesia fue construida en el siglo XV y es el centro
espiritual de la Orden de Caballeros de la Jarretera fundada por el
rey Eduardo III.
Ya en la Baja Edad Media,
Windsor se vistió de gala para recibir la visita de Segismundo de
Luxemburdo, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, durante
el reinado de Enrique V.
Empequeñecido por la
grandiosidad de este edificio, símbolo de una época pasada que se
resiste a morir. Emblema del poder de la nobleza sobre el resto de
los mortales. Atravesar sus puertas es volver a la Edad Media, por
que aunque la mayor parte de la construcción es muy posterior, su
esencia y estilo arquitectónico sigue siendo medieval.
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