Los francos se asentaron fundamentalmente en las regiones septentrionales de las Galias, y paulatinamente se fueron extendiendo por ese territorio y se fueron anexionando distintos reinos extendiendo por ese territorio y se fueron anexionando distintos reinos existentes en la Galia: Austrasia, Borgoña y Neustria. De tal manera que al final de ese proceso podemos hablar del reino de los Francos. Dentro de los Francos podemos señalar dos grandes dinastías: merovingios y carolingios ( a partir del 751).
Uno de los reyes merovingios más destacados será Clodoveo, que unificó los tres reinos, por medio de la política matrimonial se anexionó el reino de los burgundios y derrotó a los visigodos en la batalla de Vouillié.
Clodoveo se convierte al catolicismo en el contexto de la construcción política del reino Franco. Además propició un desarrollo cultural cuyo principal protagonista fue Gregorio de Tours, el obispo de esta ciudad.
Gregorio procedía de una familia importante galorromana. Fue consejero de los reyes merovingio, en ese sentido, estaba muy cerca de la cúpula de poder del reino. Gregorio apoyó a los monarcas merovingios porque estos reyes, concretamente Clodoveo, habían abrazado el catolicismo.
La obra más importante de Gregorio de Tours fue la "Historia regnum francorum". Será una obra en la que plantea un objetivo ambicioso, quería contar la historia de los francos desde la creación del mundo hasta su época. En realidad, termina dedicándole más espacio en su obra, a los acontecimientos coetáneos a él.
En su Historia regnum francorum se hace referencia a la divinidad, algo muy común en los diferentes autores de período, sobretodo en los siglos inmediatamente posteriores. Gregorio introduce a Dios en la percepción que tiene el hombre en la historia. De esta manera consigue aunar el pensamiento clásico con la idea de un Dios que interviene en la Historia.
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