El monarca asirio caza leones desde su carro, una actividad reservada a la realeza y que el soberano ejercía como un símbolo más de su omnipotencia. Desde los primeros tiempos de la Civilización Humana, la nobleza ha disfrutado practicando la caza, una actividad que además, los distinguía de las clases más populares. En este relieve del palacio de la ciudad asiria de Kalkhu (Nimrud), del siglo IX a.C. expuesto en el Museo Británico, un rey derriba a otro rey.
Las raíces mitológicas y literarias del Conde Orlok.
Hace 16 horas
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