La
geografía de Europa está salpicada de pequeñas poblaciones que
nacieron, crecieron y conocieron sus mejores tiempos, al amparo de un
castillo medieval, que solía ser sede de un señor feudal. Silvano
d'Orba, en el Piamonte italiano, tiene un lejano origen romano, y en
la Edad Media fue un feudo del Marqués del Bosco, propiedad del Marquesado de Montferrato (vinculado al Reino de Italia y al Sacro Imperio) y más tarde
estuvo dominado por la República de Génova, a través de la familia
Adorno.
Un
castillo de 1492, símbolo inequívoco del poder de la nobleza, con
cuatro enormes torreones, domina todo el pueblo, y se conoce con el
nombre de sus constructores, la Familia Adorno. A los pies del
castillo la Parroquia de San Pedro, construida también en el siglo
XV, es el edificio religioso más destacado del pueblo. Silvano
d'Orba emerge entre un profuso bosque, que recuerda otros tiempos en
que el hombre compartía su espacio vital con la naturaleza, y
desciende suavemente montaña abajo, plantada de viñedos.
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