La iglesia más antigua
de Zurich, la de San Pedro, no podría tener una advocación más
apropiada, pues según que opiniones y según que textos, se puede
considerar el primero de los Cristianos. Lo más llamativo, y con
diferencia, es su enorme reloj de ocho metros de diámetro. Dicen que
es el más grande de Europa, aunque personalmente concedo poco
crédito a esos records, lo cierto es que se trata de un inmenso
reloj. Por momentos, y según la zona de la ciudad, la Peterskirche
llega a eclipsar a la propia catedral. En el mismo lugar donde se
ubica existía un templo romano consagrado a Júpiter y en su
interior está enterrado Rudolf Brunn, un personaje trascendental en
la historia de Zurich, que se convirtió en su primer alcalde y sentó
las bases de su prosperidad gremial.
Sarang - a szerelem, ahogy Koreában mondják
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