El lamassu era una criatura híbrida, entre el animal y el hombre, toro androcéfalo alado, encierra en su ser la fortaleza e instintos animales, y la inteligencia humana. El toro, símbolo de fertilidad y de los ganados, y el águila, rey de las aves, reina y señora de los cielos, fusionados con la mente superior del hombre.
Estos lamassus se colocaban flanqueando las puertas de los palacios y las ciudades neoasirias, con un triple cometido; montar guardia acompañando a centinelas humanos, impedir la entrada de fuerzas maléficas y mantener alejados, por miedo, a las potencias enemigas extranjeras.
En el Museo de Louvre se conservan los toros alados o lamassus que custodiaban el palacio del rey asirio Sargón II, en Dur-Sharrukin, actual Korsabad.
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