Pedro
I el Grande, estratega, militar, fundador y político, curioso por
naturaleza, habilidoso y versátil, siempre mostró gran interés por
la ciencia y la tecnología, transformó Rusia y la convirtió en una
nueva potencia intercontinental, diseñando un estado moderno,
comparable a las viejas monarquías europeas.
El Zar se
sacudió el dominio sueco en el mar Báltico, conformó un ejército
disciplinado y leal, creo una poderosa flota (aún hoy, orgullo
nacional), erigió suntuosos palacios, como Peterhoff inspirado en
los modelos franceses y fundó una grandiosa capital a su imagen y
semejanza, San Petersburgo.
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