La iglesia de Santa
Catalina, muy cerquita de la Catedral, está situada en la antigua
zona comercial islámica, y presenta un cuerpo gótico y una torre
barroca.
Restaurado el culto
cristiano tras la conquista de la ciudad por parte de Jaime I, la
parroquia de Santa Catalina era eminentemente comercial y mercantil.
A los pies de la iglesia se colocaba el funcionario encargado de
vigilar los mercados y de la higiene pública.
Arnau Valleriola, uno de
los financieros más ricos e importantes de Valencia en el siglo XIV,
contribuyó a la construcción del templo, donde se instaló su
capilla funeraria.
Virgen de Lledó
(patrona de Castellón). En 1366 un labriego encontró una pequeña
imagen de la virgen en alabastro, mientras araba la tierra.
San Vicente sufrío
martirio durante las persecuciones perpetradas en el Bajo Imperio.
Todo se ve mejor tomando
altura, Velencia, histórica, se extiende hasta que sus edificios se
funden con un horizonte, entre gris y celeste, lluvioso y soleado en
la mañana de hoy. La subida a esta torre no es tan claustrofóbico
como otras de su estilo. Como una telaraña se disponen estrechos
callejones y entrevesadas callejuelas en los alrededores del templo
de Santa Catalina. Tascas y tiendas de antigüedades abren sus
puertas en ellas.
En el centro de la
ciudad, abigarrado, densamente poblado por edificios de todo tipo,
surge la catedral con su orgulloso Miquelet.
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