Oroles fue un rey de los
dacios, los aguerridos habitantes de los Cárpatos, durante el siglo
II a.C. Su mayor éxito militar fue derrotar a los fieros bastarnos,
cerrándoles el paso e impidiendo que invadieran Transilvania.
El historiador
galo-romano Pompeyo Trogo nos cuenta la siguiente anécdota sobre
este rey: “Por su parte los dacios descienden de los getas,
quienes, habiendo sido derrotados en tiempos del rey Oroles por los
bastarnas, en castigo por su cobardía estaban obligados por orden de
su rey a poner la cabeza en el lugar de los pies, cuando iban a
dormir, y a hacer a sus esposas los servicios que antes solían
hacérseles a ellos mismos y no se cambiaron estas costumbres antes
de que borraran con su valor la vergüenza sufrida con la guerra”.
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