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Arte rupestre simbólico
del neolítico en la Cueva de los Letreros en una de las laderas del
Maimón, ¿qué trataban de transmitir sus artífices?. Fascinante
enigma en un paraje espectacular.
Los artistas que
llegaron hasta aquí llenaron sus paredes rocosas con su Arte
Rupestre, inscrito su estilo en el gran arco levantino mediterráneo,
que se extiende desde Cataluña hasta la Comarca de los Vélez.
La cronología de las
pinturas de los Letreros se establece entre 8000 – 4000 años de
antigüedad, unas fechas plenamente neolíticas. Cerca de aquí, en
la Cueva del Ambrosio se han encontrado pinturas paleolíticas
(totalmente distintas a estas) con unos 17.000 años de antigüedad.
Durante el Neolítico aparecen los Seres Humanos representados en las
pinturas rupestres por vez primera en la historia de la Humanidad.
En el entorno de los
Letreros se practicaba una agricultura basada en el cultivo del trigo
de la varidad espelta y una ganadería especializada en la cría de
la cabra.
El arte de abrigo se
sitúa siempre a media ladera, como una forma (más que) simbólica
de dominar todo el territorio. En el caso de los Letreros, abierto
hacia Levante, desde aquí, en un día claro, la vista alcanza los 30
kilómetros de distancia. Por otro lado, estos abrigos se encontraban
siempre cerca del agua. A unos 400 metros de este se localiza una de
las fuentes de agua más importantes de toda la provincia de Almería.
Además de este, hay localizados en el Monte Maimón, seis abrigos
más.
Un hipótesis, ¿fue la
Cueva de los Letreros un santuario? En realidad hay más dudas que
certezas en cuanto a su significado (o significados) del arte
esquemático del Neolítico. La mayoría de las pinturas se
encuentran en muy mal estado de conservación. Por ejemplo, del
famoso hechicero apenas pueden distinguirse algunos trazos. Se
utilizaban el óxido de hierro para el rojo y el óxido de manganeso
para el negro.
En uno de los paneles un
conjunto de seis triángulos invertidos, han sido interpretado como
vulvas, inequívocos símbolos femeninos, lo que ha llevado a suponer
la existencia de un linaje de de mujeres al frente de la comunidad.
Una prueba más que avala la organización matriarcal de las
sociedades preindoeuroepas. Hipótesis defendida por Marija Gimbutas.
El famoso Indalo, que
también ha aparecido en siete cuevas de Almería y alguna de Jaen,
que en la actualidad es utilizado como amuleta de buenta fortuna, se
considera un hechicero muy esquematiado.
El brujo es la figura
más grande y destacada del abrigo. Se supone que representa a un
chamán, capaz de mediar con las fuerzas naturales, conocedor de la
medicina y que utiliza diversas drogas para alcanzar el trance
necesario para contactar con los espíritus. Su presencia se pone en
relación con su participación en rituales de fertilidad. Ataviado
quizás con una piel de macho cabrío para conseguir hacerse con la
fuerza del animal.
Sentado sobre calizas
que tienen millones de años, oteando el horizonte, captando la magia
del lugar. No es de extrañar que nuestros antepasados subieran a
este enclave para desarrollar su arte, a lo mejor buscar inspiración
y transmitir un mensaje a la posteridad, pero ¿qué querían
contarnos? ¿Tendrían acaso la inteción de trascender? En
definitiva, uno de los complejos rupestres más interesantes del
neolítico mediterráneo. ¿Fueron los abrigos rocosos de Vélez
Blanco un lugar de agregamiento?¿Celebraban nuestros ancestros
rituales estacionales en las faldas del Maimón?...preguntas,
preguntas, preguntas....
Dibujos en la ladera del
Maimón, símbolos inverosímiles, sus significado posiblemente se
haya perdido para siempre, su auténtica función fue olvidada por el
tiempo, trazos lejanos, ajenos a la realidad de nuestro siglo,
humanoides, símbolos, indalos y hechiceros perdidos en páginas
amarillentas de los libros de arqueología e historia, iluminados por
el sol naciente, desde la roca escudriñan el horizonte. Llegar hasta
aquí arriba ya es una prueba, un viaje iniciático, chamán y
artista, luminarias y belladona, drogas y hogueras, vida y muerte,
existencia y agua, o tal vez, chamán y pintora.
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