Desenfreno en plena
naturaleza, bacanales celebradas bajo la luz de la Luna bailando
sobre la húmeda simiente. Los miembros del cortejo de Dionisios –
o Baco, según se prefieran – alimentan su alma con el fruto
fermentado de la vid. Un híbrido con orejas y cola de caballo, y
pene flácido, acompaña el dios en sus orgiásticos ritos. Escultura
itálica del siglo I expuesta en el MAN.
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