Los señores carolingios formaban la cúspide de la pirámide social del Imperio. Nos referimos a los reyes, a los señores laicos y los señores eclesiásticos, el grupo superior que acumulaba los poderes político, religioso, militar y económico.
En el escalafón más elevado se siente el rey, rodeado de un entorno personal, que con el andar del tiempo se convertirá en la Corte. La característica principal va a ser el "bannum", la capacidad de ejercer el poder: poder de mandar, de dirigir el ejército y de administrar justicia.
En función de este "bannum", referido a los reinos germánicos, el rey era propietario del territorio que forma su reino. En teoría todas las tierras que no tenían un propietario legítimo, pertenecían al monarca. Toda aquella persona que quisiese explotar esas tierras para sacar un provecho estaba obligado a pagar un canon a su rey. Por otro lado, algunos reyes germanos mantuvieron impuestos que procedían de época imperial en beneficio propio.
Durante esta época, el entorno del rey se conoce como "palatium", integrado por los parientes del monarca, los servidores y los iuvenes (jóvenes).No se trata de jóvenes en el sentido de corta edad, sino que son aquellos personajes procedentes de la aristocracia, los segundones de sus familias que acudían al entorno del monarca para contraer méritos. Durante gran parte de la Edad Media (en especial durante los primeros siglos) los reyes eran itinerantes, por tanto, el palatium también lo era.
Desde este palatium se dirigen hacia diferentes partes del reino, los enviados del monarca que tienen como función extender la autoridad regia. En ese sentido se produce un flujo de personal que acuden al entorno del rey, y gente que sale de este entorno.Con este movimiento de ida y vuelta lo que se pretende es cohesionar el reino. Una cohesión que se materializa a través de relaciones y dependencias personales (en un futuro evolucionarán hacia el régimen feudal).
SEÑORES LAICOS.
Contamos aquí a los propietarios de tierras, duques y condes. Controlan el territorio, tienen poder y jurisdicción sobre determinadas circunscripciones territoriales: condados y ducados. Estos señores poseen grandes explotaciones agropecuarias, que conseguían por diferentes medios. A veces aprovechan la debilidad del propio monarca para ocupar tierras reales (como sucedió con los últimos merovingios). En otras ocasiones acceden a la propiedad como botín de guerra o como un beneficium cedido por el rey.
SEÑORES ECLESIÁSTICOS.
Básicamente hablamos de abades y obispos. Los obispos se extenderían por zonas meridionales de Europa por medio de las ciudades, mientras que los abades irán utilizando los monasterios como mecanismo de implantación en las regiones escasamente romanizadas, donde el cristianismo había tenido una difusión menor. Los señores eclesiásticos aumentaban su patrimonio a través de donaciones de todo tipo: joyas, alimentos, tierras.....
Señores laicos y eclesiásticos basaban su posición y poder en la acumulación de tierras.
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