La cúpula de la iglesia
católica ha barnizado a lo largo de su historia creencias y ritos,
cultos y costumbres. En Galicia el cruceiro usurpó su lugar a la
concha. El cielo sobre el mar, el hombre sobre la mujer, mas el
culto xacobeo, sigue siendo femenino. La vieira, órgano femenino de
placer y dador de vida. No se me ocurre un elemento, un símbolo, que
merezca más atención y culto, que la mujer. La Naturaleza es mujer
y sólo ante ella, deberíamos, los humanos, rendir honores y
arrodillarnos. Si la cuidamos, nunca nos abandonará.
“Si la iglesia había bendecido los dioses y lugares de tradición pagana ¿cómo negarse a cristianizar la antigua ruta de las estrellas?” (Dragó)
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