El castillo de Lezhë,
una de las muchas ciudades históricas de Albania, domina el entorno,
controla el valle del río Drin, alcanzando la vista hasta el mar
Adriático. Por medio de grandes hogueras mandaban señales visuales
a otras fortalezas y atalayas, que se encontraban a decenas de
kilómetros de aquí.
Situado en una colina a
186 metros de altura, la fortificación tiene origen ilirio, fue
reforzada en 1440 por los venecianos, y vuelta a reconstruir en 1522
ya en época otomana. Los arqueólogos han encontrado en su interior
restos romanos, bizantinos y otomanos. El castillo de Lezhë (Kalaja
e Lezhë) formó parte de la intrincada red de fortalezas y bastiones
utilizados por Skanderbeg, que resultaron vitales en la defensa del
territorio contra los turcos.
En la planicie que se
abre a los pies de la colina, la antigua Catedral de San Nicolás,
tumba y monumentos funerario y al honor nacional del heroe
Skanderbeg.
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