Hace 19.000 años vivió
en Cantabria una mujer muy especial para su grupo. Tan especial era,
que cuando murió celebraron un funeral y la sepultaron con honores.
Sus huesos fueron impregnados con ocre, una lápida cubría el
enterramiento y depositaron flores en su tumba, alrededor de la cual
se encendieron algunas hogueras. Los investigadores que estudian el
hallazago la bautizaron como "la Dama Roja".
En el año 2010 el
equipo de excavación que trabajaba cerca de Altamira, en la Cueva
del Mirón, que además de ser un importante yacimiento
paleontropológico, presenta también algunas muestras de arte
pictórico, como un caballo y un bisonte, descubrieron el primer
enterramiento del Magdaleniense hallado en España. ¿Qué pueden
contarnos estos huesos sobre la vida del Paleolítico Superior?. La
primera impresión de los expertos es que debe tratarse de una mujer
importante para el grupo teniendo en cuenta el tratamiento que fue
aplicado a su cadáver.
Las gentes del
Magdaleniense vivían en pequeños grupos de 20 a 30 individuos y
buscaban refugio y protección en las cuevas del Norte de España. La
mujer tenía entre 35 y 40 años en el momento de su muerte y era
miembro de un grupo de cazadores-recolectores. El cuerpo de la Dama
Roja fue objeto de un complejo tratamiento funerario descrito para
otros yacimientos de la época fuera de España. Primeramente dejaron
descomponer su cadáver al aire libre, y después, antes de
enterrarla, impregnaron sus huesos (mandíbula, tibia, varias
vértebras y costillas, falange, parte del cráneo) con ocre,
obtenido a partir de óxido de hierro. El ocre utilizado no era
autóctono, tuvieron que transportarlo desde otro lugar, otra muestra
más del esfuerzo que el grupo tuvo que realizar para organizar el
enterramiento. Los huesos se depositaron contra una pared y fueron
cubiertos con un bloque de piedra caliza. Se han encontrado restos de
polen, señal de las flores que se depositaron en la tumba. Un perro
o un lobo profanó la tumba y mordisqueó una de las tibias.
Posteriormente volvieron a ser colocadas en su sitio. En la tumba
faltan el cráneo y otros huesos grandes que pudieron ser trasladados
a otro lugar por motivos rituales.
La piedra que cubre la
tumba aparece con grabados, entre los que parece distinguirse un
triángulo o una "v", abstracción simbólica de la vulva.
Llegados a este punto la imaginación se dispara ¿pudo esa piedra
ser una lápida?. Para los investigadores resultará muy difícil
probar la relación entre los grabados y el enterramiento, aunque hay
quien se aventura a hipotetizar, que el triángulo grabado señala
que allí está enterrada una mujer.
En este periodo del
Paleolítico, los grupos de cazadores-recolectores utilizaban el ocre
para todo tipo de actividades. Por ejemplo las cuevas de Altamira y
Lascaux fueron pintadas con esta sustancia. La costumbre de pintar
cuerpos, con un sentido estético y posiblemente funcional (se usaba
como conservante o aglutinante) es anterior al Magdaleniense, los
prehumanos ya la practicaban. Este color rojo, muy parecido a la
sangre, pudo simbolizar la vida y la muerte, y el uso del pigmento
implica que formaba parte de un ritual de enterramiento. Por tanto,
podemos inferir, que estas gentes tuvieron creencias espirituales,
quizás relacionadas con un más allá. Probablemente el descarnado y
posterior pintado de los huesos sea una forma de prepararse para el
gran viaje.
La Dama Roja seguía eso
que ahora está de moda "la dieta paleolítica". Según las
pruebas dentales, el 80% de su alimentación consistía en carne de
animales terrestres, correspondiendo el 20% restante a peces de mar.
También consumía semillas y setas.
Por otro lado los
expertos están a la espera que el análisis de ADN pueda aportar
nuevos datos sobre las actuales poblaciones del Norte y Noroeste de
Europa. Svante Paabo, investigador del Instituto Max Planck de
Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) dirigirá el equipo que
analizará el ADN extraído de la Dama Roja, y esperan confirmar algo
que ya se sospecha, que estos habitantes del sur de Europa,
repoblaron el Norte del continente cuando se retiraron los hielos.
Estudios anteriores han demostrado que en la Península Ibérica se
refugiaron los ancestros de los salmones que actualmente tienen su
hábitat en el Mar del Norte y el Báltico.
Esta forma de
enterramiento no era usual durante el Paleolítico y no se tiene muy
claro que es lo que hacían con la mayoría de los difuntos, aunque
es seguro que no los inhumaban en cuevas. Lo más probable es que
fuesen expuestos al aire libre, aunque no existe pruebas concluyentes
sobre ello.Si a unas personas las entierran con esmero y a otras no,
es que algunos individuos, por la razón que fuese, deberían ser más
importantes que otros.
¿Por qué esta mujer es
tratada con cierta veneración y el resto de congéneres ni siquiera
posee una tumba?. La arqueología tiene la romántica capacidad de
presentar como un gran misterio, aquello que simplemente se ignora.
Las bandas de
cazadores-recolectores que pululaban por nuestra prehistoria eran
sociedades igualitarias y carecían prácticamente de cualquier tipo
de jerarquización social. No obstante existían algunos individuos
que gozaban de cierta ascendencia sobre sus congéneres.
Para los investigadores,
la Dama Roja, pudo ser una líder o una especie de princesa. Según
Lawrence de Guy Strauss "ella estaba en un área a la derecha de
la cueva, donde las personas vivían, no estaba escondida. Esta
persona, cuando murió era una especie de presidenta de las
actividades de su pueblo". Los antropólogos que definen estos
grupos de cazadores-recolectores, plantean la existencia de líderes
ocasionales, por ejemplo para dirigir una partida de caza, o diseñar
una estrategia, que dejaban de serlo una vez que concluía la acción
realizada. Nuestra Dama Roja bien pudo ser una de estas personas. Se
puede sugerir también la organización matriarcal de estas
sociedades, y seguir alimentando un polémico, que las personas que
enterraron a la mujer tuviesen una fuerte conexión emocional con
ella, o que ella misma fuese una persona excepcional por el motivo
que fuese.
Los habitantes de la
Península Ibérica han adorado a las mujeres desde tiempos
ancestrales. La Gran Madre, principio femenino, ha sido objeto de
veneraciòn desde la época en que los grupos paleolíticos buscaban
refugio con las cuevas y abrigos rocosos. La Dama Roja, bautizada de
forma sensacionalista en este blog como "Princesa de la
Prehistoria" bien pudo ser una de esas mujeres. Atávica
devoción por la mujer (a la que por supuesto nos adherimos).
La vida de nuestros
ancestros está llena de misterios para nosotros. Unos enigmas, cuyas
soluciones, podemos encontrar en el mundo que nos rodea (incluso
dentro de nosotros mismos). ¿Por qué determinados individuos han
sido favorecidos con un tratamiento especial, particularmente en una
época en que los procesos de jerarquización social no estaban
claramente definidos?. Pensamos que existen determinados hombres y
mujeres, cuya personalidad impregna (por el motivo que sea) a todos
los que le rodean, auténticos líderes naturales que ejercen su
influencia en los diferentes ámbitos de actuación social.
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