En
el año 1000 Esteban se bautizó y abrazó la fe Cristiana, y utilizó
la religión como argamasa para cimentar el Reino Medieval de
Hungría. Poco después de su muerte fue elevado a la categoría de
Santo, y su figura sirvió a sus sucesores para mantener (durante los
momentos más difíciles) la unidad del reino.
Esteban I el Santo es
uno de los más importantes símbolos de la patria húngara y (casi)
no existe una ciudad del país magiar que no le brinde, de una u otra
manera, un sentido homenaje. La imagen de San Esteban nos acompaña a
lo largo y ancho de Hungría. Su corona, su espada, su cetro y su
orbe están presentes en cualquier punto de este maravilloso país.
Presidiendo el altar mayor de la Basílica de San Esteban en Budapest.
En la Plaza de los Héroes - Hósok tere - en Budapest, formando parte del Monumento al Milenio.
Esteban recibe la Santa Corona húngara.
Efigie en el Sziklakápolna, una iglesia rupestre a orillas del Danubio a su paso por Budapest.
En compañía de su consorte, Gisela de Baviera, en Szeged.
Sujetando un orbe en la basílica de Esztergom.
Pintura con cierta influencia bizantina. Esztergom.
Impresionante estatua ecuestre en Szekesfehervar.
Conmemoración de su coronación en la ciudad de Esztergom.
En el Bastión de los Pescadores, junto a la Iglesia de Matías en Buda.
Esteban rey de los húngaros.
La ceremonia de coronación.
Protector de la iglesia húngara y Santo Patrón del país.
Vencedor en el campo de batalla.
Con su hijo el príncipe Emeric. Talla policromada en la Iglesia de Matías.
En los alrededores de la Catedral de Esztergom.
En su faceta de rey guerrero en la misma ciudad.
Detalle en Veszprem.
Vidriera en la Catedral de Veszprem.
Con su padre el Gran Príncipe Geza, en Veszprem.
Esteban y Gisela fundadores del Reino de Hungría. Veszprem.
No hay comentarios:
Publicar un comentario