Klagenfurt, a orillas de un lago Alpino, una ciudad bisagra entre el mundo eslavo y el imperio germánico, una puerta entre Eslovenia y Austria, conocida como la Rosa del lago Wörthese, es la capital histórica de Carintia (y anteriormente del ducado de Carantania).
Un pantano maldito, un duende malévolo, un dragón y un noble de
apellido Spanheim, se funden en el origen de una ciudad donde lo
histórico se entremezcla con lo legendario. Vinculada a los primeros
estados eslovenos de la región, al Sacro Imperio, a los Habsburgo y
al Imperio Austrohúngaro. Una preciosa ciudad eslovena en suelo
austriaco, una Viena de bolsillo, una hermana de Ljubliana y un
destino apetecible para cualquier viajero europeo.
Naturaleza,
historia y arte. Es sorprendente descubrir estas ciudades diseminadas
en este montañoso entorno. Clavadas en el fondo de un valle, a
orillas de un lago o de un río. Los austriacos construyen armoniosas
ciudades, que son auténticas obras de arte del urbanismo y la
arquitectura.
Las calles y los edificios están muy bien cuidados y
lleno de detalles. Una escultura , un relieve o una pintura dotan las
viviendas de una colorida imaginación. Pienso que tal vez para
contrarrestar las nieves, la niebla, la oscuridad y las lluvias
alpinas, fueron erigidas estas ciudades.
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