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domingo, 6 de enero de 2019

UNA CABAÑA DE HUESOS DE MAMUT.



En el maravilloso museo de Historia Natural de Viena encontramos la reconstrucción de una cabaña fabricada con huesos de mamut, una vivienda habitual en la lejana y fría prehistoria europea. Hace unos 15.000 años, cazadores de la Edad de Piedra de las estepas rusas construían sus viviendas invernales utilizando los grandes huesos del mamut. Una de estas casas necesita los huesos de unos treinta mamuts. Sin embargo, este material de construcción era común porque grandes rebaños de mamuts vagaban por las estepas. Por otro lado, no era necesario cazar los animales, puesto que los huesos podían ser recolectados. El yacimiento mejor conocido de viviendas con huesos de mamuts está situado en Ucrania, cerca de Kiev, a orillas del río Dnieper. Los huesos del interior de algunas cabañas eran pintados con ocre rojo. 


Este tipo de cabañas eran utilizadas durante los nueve largos meses que duraba el invierno, cuando la temperatura exterior descendía fácilmente hasta los 40º bajo cero. El interior del refugio era calentado por el fuego del hogar. Hierba, tierra, nieve y pieles de mamut se utilizaban para el aislamiento. Este tipo de vivienda la podemos comparar con las estructuras de hueso de ballena utilizada por los inuit; con una área para cocinar en la parte delantera, y pieles de animales extendidas en la parte trasera utilizadas para dormir. 




sábado, 19 de diciembre de 2015

TRICERATOPS.



El Triceratops (tres cuernos), con sus cuernos y su apariencia de carro acorazado es uno de los dinosaurios más populares y mejor conocidos. Estos herbívoros pertenecen a los ceratópsidos, un orden que hizo su aparición a comienzos del Cretácico.


Los triceratops eran cuadrúpedos fuertes y potentes, de cuerpo vigoroso y patas macizas, que podían alcanzar los nueve metros y superar las ocho toneladas, se caracterizan por una gola cervical compuesta de huesos cubiertos de piel y por los tres cuernos, uno nasal pequeño, y otros dos frontales de gran tamaño (un metro).


Magnolias, robles y laureles eran la base alimenticia de este dinosaurio que se desplazaba en manadas buscando pastos frescos. Similar a un gigantesco rinoceronte, Triceratops fue el último dinosaurio con cuernos que vivió en la Tierra.




domingo, 13 de diciembre de 2015

PEQUEÑO MAMUT DEL GRAVETIENSE.



Manos delicadas (masculinas o femeninas es algo que nunca sabremos) esculpieron esta pequeña figurilla, que sin saberlo, buscaba asombrar a las generaciones futuras por su perfección. Este mamut de arcilla fue tallado hace unos 25.000 años y además de su belleza plástica, poco más podemos conocer de él. ¿Un ídolo?, ¿un amuleto?, ¿un juguete?. Modelado al calor de la hoguera, mientras los chiquillos corretean por la cueva y los mayores narran historias atemporales.  

sábado, 7 de marzo de 2015

AVES DEL TERROR



Hubo un tiempo del que no tenemos memoria, en que enormes pajarracos terroríficos, acosaban a mamíferos de gran tamaño, a los que daban caza, y desgarraban con sus poderosos picos. Las aves del terror, forman parte de un grupo conocido como Phorusrhacidae, que vivieron durante el Cenozoico, entre hace 62 y 2'5 millones de años. 


Unas robustas y fuertes patas, que terminaban en un poderoso píe con dedos acabados en garras, soportaban un peso de más de 180 kilogramos y una altura aproximada de dos metros, de unas aves corredoras, convertidas en las más voraces depredadoras de las llanuras, un hábitat donde prácticamente no tenían rival (si excluimos quizás al lobo). 


domingo, 15 de febrero de 2015

MEGALOCERO



El Megalocero, conocido también como alce irlandés, es el mayor cérvido de la historia y pastaba en las frías llanuras del Plioceno en tierras de Asia y Europa. Leones de las cavernas, Neandertales y Humanos modernos se disputaban esta suculenta pieza de caza. El resto de depredadores no se atrevía con esta criatura de gran tamaño. 


El Megalocero compartió espacio y hábitat con el hombre del Cuaternario, convirtiéndose en uno de los animales más cazados. Según algunos autores, esta caza continuada, llevaría al Ciervo Gigante a la extinción. Un estudio realizado por la Universidad de Portland ha concluido que el Megalocero, murió de hambre, como consecuencia de un brusco cambio climático acaecido hace 11.000 años. 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

HISTORIA EVOLUTIVA DEL ELEFANTE


Imagen cortesía de Koprolitos (y Zoobooks). 

El elefante es una de las criaturas más fascinantes de la Naturaleza, su extraño aspecto con esa trompa, un apéndice multifunción que nace de la prolongación de la nariz y el labio superior, su descomunal tamaño que no impide cierta elegancia, su sobredimensionada inteligencia y su carácter sociable, levanta pasiones entre los más pequeños (y lo que ya no lo somos tantos) y sigue maravillando a cualquiera aprecie la vida en su sentido más amplio. En definitiva un animal que ocupa un lugar destacado en el imaginario colectivo, simbólico y totémico de la Humanidad.


Nuestros tatarabuelos, aquellos que bajaron de los árboles, abandonaron los húmedos bosques y se adentraron en la cálida sabana, estrecharon lazos familiares y desarrollaron (aún más) las habilidades sociales innatas de nuestra especie realizando actividades colectivas como la caza de grandes piezas, entre las cuales debía destacar el imponente elefante africano.

Durante siglos una de las grandes estrellas de circos, zoológicos y parques naturales, el elefante, como cualquier ser vivo, tiene una árbol genealógico que se remonta millones de años en el tiempo. En este caso para conocer a los abuelos y bisabuelos del elefante deberemos acercanos a una biblioteca, navegar por la red y a ser posible visitar algún Museo de Historia Natural. (Los de Londres y Viena pueden ser dos magníficas opciones).



En la actualidad existen dos especies de elefantes, la asiática (Elephas maximus) y la africana (Loxodonda africana) ambas en peligro de extinción y ambas pertenecientes al orden de los proboscídeos, es decid, a los "animales con trompa". Entre sus antepasados, más o menos lejanos, podemos recordar los siguientes, algunos de ellos muy diferentes entre sí.


Moeritherium es el más lejano antepasado conocido del elefante y vivió hace unos 35 millones de años. Fue hallado en Egipto, en el lago Moeris, de ahí su nombre. Tenía el tamaño de un cerdo, y su nariz era más parecida a la de un tapir que a la de un elefante. Sus colmillos eran de pequeño tamaño, e incluso inexistentes.


El "diente de pala" o Platybelodon, descubierto en Rusia, vivió hace unos 15 millones de años y disponía de cuatro colmillos. Los dos inferiores en forma de pala.


Stegodon, de la época del Platybelodon, vivía en el subcontinente indio. Presentaba algunas similitudes con el elefante actual: largos colmillos, robustas extremidades y dientes estriados.


Gomphotherium, un poco más reciente, se desarrolló entre 10 y 5 millones de años atrás. Sus fósiles fueron hallados en Europa, Asia, África y América, y como el Platybelodon presentaba cuatro colmillos en vez de los dos habituales en los elefantes actuales.


Dinotherium evolucionó durante el Plioceno, hace unos 5 millones de años. Era de grandes dimensiones, y su nombre significa "bestia terrible". Este animal parecido al elefante, pero con una trompa más corta y los colmillos curvados hacia abajo, fue descubierto en Rumanía.


Cráneo de Dinotherium expuesto en el Museo de Historia Natural de Londres.


Reconstrucción del animalillo en el mismo museo.



Esqueleto y detalle de cráneo de Prodeinotherium bavaricum, en el Museo de Historia Natural de Viena. 


El mamut es la estrella de los antepasados del elefante y fue descubierto (más bien redescubierto, pues el hombre prehistórico ya lo conocía) por vez primera en Siberia. Animal totémico y pieza de caza suprema para nuestros antepasados. Quizá la pasión por los miembros de la familia elefante se grabó en nuestros genes durante las gélidas noches de la Edad del Hielo, cuando hombres, mujeres y niños, alrededor de la hoguera devoraban carne de mamut y contaban historias de cazadores y presas.


A lo largo del Paleolítico Superior se extendió por toda Europa, incluida nuestra península Ibérica. Su desaparición fue progresiva desde hace unos 12.000 años, hasta que los últimos supervivientes quedaron aislados en la tundra y estepas de Siberia.


Su tamaño era similar al de un elefante africano adulto, con una enorme cabeza, unos colmillos muy largos y curvados, orejas pequeñas y una giba de grasa en la espalda.



Esqueleto y maqueta de un mamut. Museo Nacional de Eslovenia. 


Cabaña a base de huesos y pieles de mamut. Museo Historia Natural de Viena. 


El mamut lanudo tenía una tupida capa de pelo hirsuto apropiada para protegerse de las bajas temperaturas de la Edad de Hielo. Los últimos ejemplares de este linaje vivieron en las heladas tundras siberianas hasta hace uno 3600 años.


sábado, 4 de octubre de 2014

ICHTHYOSTEGA.



¿El eslabón perdido entre los peces y los anfibios?. Ichthyostega es un tetrapodo que vivió hace unos 360 millones de años (durante el Devónico), y la figura expuesta en el Museo de Historia Natural de Viena simboliza la conquista de la Tierra por parte de los vertebrados. La cabeza apenas queda separada del cuerpo, las aletas a lo largo de la cola lo aproximan a los peces y los dedos de los pies lo acercan a los anfibios.


Junto al esqueleto de Ichthyostega han aparecido mejillones de agua dulce, lo que indica que los lagos y pantanos pudieron constituir su hábitat. Sus patas eran fuertes y les permitió desplazarse por la tierra, a pesar de no mostrarse especialmente ágiles en este nuevo terreno para los vertebrados. Los últimos estudios han concluido que lo más probable es que en tierra se arrastrase gracias a sus patas delanteras y en el agua se impulsaban con la cola y las patas traseras. Ichthyostega es un hito fundamental para comprender la evolución de la vida en nuestro planeta.




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