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viernes, 1 de febrero de 2019

VILLA DE COCA. HISTORIA CASTELLANA.



En medio de la planicie, rodeado por un inmenso mar de pinos, se alza majestuoso el castillo mudéjar de Coca, orgullo de sus señores, y deleite de los visitantes que se dejan caer por estas tierras. 


La antigua Cauca vaccea, la cuna del emperador Teodosio y sede del impresionante castillo de los Fonseca. 


La historia de Coca es dilatada y se prolonga a lo largo de tres milenios a partir de la Edad del Hierro. La población está enclavada en la Comarca Tierra de Pinares en la provincia de Segovia. 


Existe una cauca vaccea, romana y visigoda, y ya en el Medievo se constituyó en cabecera de la Comunidad de Villa y Tierra y agrupaba a un total de diecisiete aldeas. 


Su época de esplendor coincidió en el tiempo con el reinado de los Reyes Católicos y los comienzos de la Edad Moderna, de esta época datan sus dos monumentos más representativos, el castillo y la iglesia de Santa María la Mayor. 


La iglesia mayor de Coca es el panteón funerario de la familia Fonseca. 


La torre románica de San Nicolás, románica, del siglo XIII, formó parte de la iglesia más antigua de Coca. 


Un verraco en la muralla del adarve del castillo es un recuerdo del origen vacceo del asentamiento. 


La villa de Coca había pertenecido a la corona de Castilla hasta que en el siglo XIV pasa al Reino de Navarra como dote de arras de distintas reinas y princesas. Esto fue así hasta 1439, que pasó a manos de Don Íñigo López de Mendoza, el célebre Marqués de Santillana. 


Más tarde Coca y Alejo son intercambiados por el condado de Saldaña, propiedad de los Fonseca. De esta forma los Fonseca se convierten en los señores de Coca, y levantan el castillo y la iglesia de Santa María, convertida en panteón funerario. 


Algunos lienzos de muralla, una puerta medieval, tres verracos de piedra de la Edad de Hierro, un castillo de transición hacia el baluarte y unos sobrios sepulcros renacentistas, conforman el patrimonio material de Coca, la antigua Cauca. 







sábado, 15 de diciembre de 2018

ALONSO II DE FONSECA.



Caballero castellano, hijo de Fernando de Fonseca, sobrino del arzobispo Alonso y tercer señor de la Villa de Coca. Puso su espada al servicio de los Reyes Católicos, a los que acompañó en la batalla de Toro de 1476.


En Coca terminó las obras del castillo y comenzó la reedificación de la iglesia de Santa María, donde está sepultado junto a su madre, doña María de Avellaneda, primera esposa de su padre.

martes, 4 de diciembre de 2018

CASTILLO DE COCA.



El de Coca – antiguamente Cauca – es uno de los castillos más emblemáticos de toda la meseta castellana. Por materiales y formas recuerda al cercano castillo de la Mota de Medina del Campo.


Armonía, proporción y belleza.


En el año 1454 Alonso I de Fonseca, arzobispo de Sevilla recibe licencia de Juan II de Castilla para construir esta fortaleza en la villa de Coca.


El tercer señor de Coca, Alonso II de Fonseca, sobrino del arzobispo, ejecutó el proyecto original cuyas obras dirigió el maestro Ali Caro entre 1473 y 1496.



Un edificio de planta cuadrangular y patio mudéjar, flanqueado por la enorme Torre del Homenaje y la torre de Pedro Mata. 


La sala baja de la Torre del Homenaje es una pequeña capilla.


La policromada Sala de los Jarros es ciertamente embaucadora. 




Un verraco vettón insertado en la muralla recuerda los orígenes protohistóricos del asentamiento. 


En 1520, durante la Guerra de las Comunidades, la Santa Junta decretó se “secuestrara la villa y fortaleza de Coca” aunque no debió sufrir grandes daños. Los mayores daños y destrozos acaecieron durante la Guerra de Independencia cuando fue atacado el castillo de Coca por las tropas de Napoleón. 



miércoles, 28 de noviembre de 2018

SANTA MARÍA LA MAYOR DE COCA, PANTEÓN DE LOS FONSECA.




La iglesia de Santa María la Mayor, de considerables dimensiones, se levanta sobre los restos de un templo anterior más modesto, a la gloria de la familia Fonseca, señores y promotores de la villa. 


Terminada de construir en 1520 es la única de las iglesias con las que contó la villa alguna vez, que queda en pie. Una sola nave, cruz latina, ladrillo para los muros y caliza para bóvedas y ventanas. 

El altar mayor acoge los sepulcros renacentistas de la familia Fonseca, auténticas joyas para un modesto y sobrio panteón funerario. 


En los pies del crucero se encuentra la lápida de Antonio de Fonseca, Contador Mayor de Castilla, participó en la Guerra de Granada y fue quien encargó todos los sepulcros. Fue además uno de los testamentarios de la reina Isabel la Católica.

A ambos lados del crucero podemos ver dos sepulcros dobles: 


el sepulcro de Fernando de Fonseca y su segunda esposa Teresa de Ayala 


enfrentando aparece el de su hijo Alonso II de Fonseca, y su madre María de Avellaneda (primera esposa de Fernando) 

Los sepulcros situados en el altar mayor son individuales y corresponden a:


Alonso de Fonseca, arzobispo de Sevilla y fundador de esta casa y 


Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos. 

Los sepulcros, labrados en mármol de Carrara, son obras de algunos de los mejores y reputados escultores del momento; Bartolomé Ordoñez y Doménico Fancelli.




martes, 13 de noviembre de 2018

ALONSO I DE FONSECA.




Arzobispo de Sevilla y de Santiago de Compostela, Obispo de Ávila y primer señor de la Villa de Coca (donde comienza la construcción de su magnífico castillo) de la rama de los Fonseca, después de un trueque con don Íñigo López de Mendoza, el I Marqués de Santillana. 

Alonso de Fonseca fue uno de los hombres más destacados durante los reinados de Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV, al que casó en segundas nupcias de Juana de Avis Portugal.


Su poder en la corte le permitió promover la carrera eclesiástica de su sobrino Alonso de Fonseca y Acevedo, para convertirlo en arzobispo de Santiago de Compostela. 


domingo, 4 de noviembre de 2018

LOS VERRACOS DE CAUCA.



Los verracos de la antigua Cauca, la ciudad de los vacceos. El conjunto está formado por tres zoomorfos. Dos de ellos están situados frente a la puerta de Segovia, aunque su estado es de franco deterioro.



El tercero se encuentra empotrado en la muralla interior del Castillo de los Fonseca.



sábado, 27 de octubre de 2018

FERNANDO DE FONSECA.



Don Fernando de Fonseca, que yace junto a su esposa doña Teresa de Ayala, fue un reputado caballero castellano y maestre sala del rey Enrique IV de Castilla. Segundo señor de Coca, hermano del influyente arzobispo de Sevilla, Alonso I de Fonseca, destacó en las luchas entre Enrique IV y su hermano el infante Alfonso.


En la batalla de Olmedo acudió Fernando de Fonseca con ciento cincuenta hombres a caballo en apoyo del infante Alfonso que había establecido su corte en la villa de Olmedo. Es en esa refriega donde el Señor de Coca recibe una desafortunada lanzada del duque de Alburquerque. A los pocos días, y a causa de la fatal herida, fallece, siendo sepultado en la Iglesia Mayor de Coca. 


En el sepulcro, magnífica obra renacentista, el caballero viste armadura y porta espada y yelmo.

domingo, 30 de marzo de 2014

MUSEO PROVINCIAL DE SEGOVIA.



Otro museo adscrito a la Red de Museos de Castilla y León, que nos ofrece un recorrido por la historia Natural y Humana de la provincia de Segovia. 


Molde de caballo. En el Cerro de San Isidro afloran bastantes rocas pizarrosas con superficies lisas. En estas paredes existen vestigios de arte de varias épocas y entre estas manifestaciones, se ha podido identificar más de cien figuras de animales grabados. Destacan dos grandes caballos, de uno de los cuales se ha obtenido este molde.

El abrigo de la Peña Estebanvela. Un abrigo rocoso tallado por el río Aguisejo y que en la actualidad se sigue estudiando y excavando. Hasta ahora se han encontrado utensilios y adornos personales, restos óseos (de animales) con huellas de haber sido descarnados para la alimentación. Sobre todo destacan una serie de plaquetas grabadas. 


Molde de hogar paleolítico de La Peña de Estebanvela. En un abrigo de la Peña de Estebanvela se ha encontrado este hogar que constituye el primer vestigio de uso del fuego en la provincia. Datada en el Magdaleniense Final, hacia el 10.000 a.C. es una pequeña área con restos de carbones, rodeada por piedras calcinadas y fragmentadas por el calor. 


Plaqueta grabada del Magdaleniense de la que no se sabe con seguridad su finalidad. Realizada con puntas duras sobre pequeñas piedras. Aparecen grupos de líneas paralelas, al parecer, sin orden aparente.


Bifaces.


Hendedores.


Punzones de hueso del Neolítico. La industria ósea era alternativa y complemento de la industria lítica a lo largo de toda la Prehistoria. 


Hachas pulimentadas. Tradicionalmente el Neolítico ha sido la Edad de la Piedra Pulimentada. Aquí un par de hermosos ejemplos de esta técnica de trabajar la piedra. 


Triángulos y láminas neolíticos que vienen anunciando las industrias microlíticas del epipaleolítico. 


Pequeñas cuentas de collar del Calcolítico. 


Vaso campaniforme. Su formas y ornamentaciones lo hacen inconfundible.


Esta puntas de sílex confeccionadas durante la Edad del Bronce resultaban muy eficaces en su cometido.


Hacha de talón y anilla característica de la Edad del Bronce. 


Fíbulas. Siempre me ha resultado fascinante el trabajo de arqueólogos que a partir de piezas como estas son capaces de reconstruir las formas de vida de una sociedad. 


Zoomorfos. Jabalí y caballo. Delicadeza para representar un naturaleza fundamental, aunque no determinante, en la formación cultural de estos pueblos de la protohistoria ibérica.


Una preciosa fíbula de bronce en forma de caballo. Este animal es uno de los símbolos de las aristocracias dominantes. El poder poseer una caballo era un elemento definitorio de estos grupos sociales.


Espada de antenas atrofiadas de la Edad del Hierro tan típicas del ámbito céltico - o indoeuropeo - de la Península Ibérica.


Conjunto de pesas de telar.


Una enorme vasija del siglo II a.C. procedente del poblado Caza del Castillo.


Mosaico romano hallado en la calle Isabel la Católica en la capital segoviana. Durante toda la historia romana los suelos se pavimentaban con estos mosaicos confeccionados con pequeñas teselas de colores. Se decoraban con cenefas y motivos geométricos y vegetales. El estado de conservación de este mosaico es bastante lamentable, puesto que había sido arrancado de su ubicación original y arrojado a una especie de vertedero. 


Fuente de vidrio, de finales del siglo I d.C. encontrada en la plaza Guevara en Segovia. Este tipo de fuente eran muy apreciadas debido a su parecido con el cristal de roca y se utilizaba para servir alimentos en las mesas de las familias adineradas romanas. Es muy probable que su procedencia sea un taller itálico o del Mediterráneo Oriental.

Cauca. Las primeras menciones a la ciudad de Cauca (Coca) son del comienzo de las Guerras Celtibéricas. Plinio y Ptolomeo las citan entre las civitates de los vacceos y dicen de ella que era una polis de igual importancia que Numancia o Palantia. En el Bajo Imperio, Zósimo e Hydacio, se refieren a ella como la patria de Teodosio. 


Parrilla de hierro procedente de Cauca. 


Tenazas de hierro procedentes de Cauca.


Hoces de Cauca que nos hablan de la importancia del sector agrícola para los vacceos.


Ara romana de caliza del siglo II d.C. En la inscripción puede leerse:


           Matribus/ Ter(entia)/ Megiste/ 
          v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito)

Traducción: A las madres Terentia Megister cumplió el voto de buen grado y merecidamente. 


Torso del dios Apolo. 


En el Cerro del Castillo (también Cerro de la Virgen) se ubica el único asentamiento fortificado del que tenemos constancia material, de la arquitectura tardoantigua y visigoda en la provincia. La cronología de su ocupación iría desde el siglo V al VIII. En su interior una segunda estructura amurallada puede ser de época islámica.


Detalle de la muralla del Cerro del Castillo.



Enterramiento visigodo de Duratón aprovechando un resto monumental romano.


Dibujo del ajuar funerario de un enterramiento visigodo de Duratón.


Ajuar de la Tumba 202 de la necrópolis de Madrona compuesto por dos pendientes de bronce, un collar de pasta vítrea, un colgante de plata y pasta vítrea, dos fíbulas zoomorfas (águilas), una fíbula discoidal, dos broches de cinturón, un par de anillos de bronce y dos pulseras del mismo material.


Un representante de la cultura de los verracos que identificamos como jabalí. La oreja aparece perfectamente definida. 


Toro de granito. Un ejemplar vinculado a los cultos de la fertilidad, sin duda, uno de los animales totémicos de la Península Ibérica. 


Ménsula con animal del siglo XVI en granito.


Contraventanas de la Muerte y de la Vida. Según una tradición pertenecieron a la ventana desde la que una mujer arrojó una soga para ahorcar a uno de los partidarios del emperador Carlos V durante los alborotos de las Comunidades.


Conversión de San Pablo, óleo sobre lienzo obra de Francisco Camilo (1667). Enemmigo acérrimo y perseguidor de cristianos, fue derribado de su caballo cuando salía de Damasco, al tiempo que oía la voz de Cristo declamar: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"

Un pequeño, agradable y didáctico museo. Y todo en su justa medida. 
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