viernes, 7 de agosto de 2020

GRANADA, LA CIUDAD QUE EMBRUJA.




La noche cubre con su manto el palacio del ladrillo rojo, el silencio atrona en mis oídos, Albayzin, corazón morisco de la ciudad gitana y cristiana, nómadas mochileros se hacen más sabios paseando por tus calles, cuentos de otras épocas, ecos de leyendas imperecederas, sueños de un mundo diferente y distante. Esta noche, esta vez sí, me atrapó el embrujo granaino, en varias ocasiones he venido a buscarlo, y no conseguía encontrarlo, la auténtica magia me evitaba, y hoy por fin la he sentido, Granada ha entrado en mí y no volverá a salir, hoy he atisbado una mota pequeña de toda la magia, del esplendor y del embrujo de Granada, desde mi balcón con vistas a la Alhambra.







Después de una noche mágica, amanece blanco en el Albayzín, la nieve otorga un plus de magia a esta ciudad que embruja y atrapa el alma.



Darro, río de lágrimas, banda sonora del Paseo de los Tristes.





La Catedral de alma gótica y fachada barroca es el corazón cristiano de la ciudad. Próxima a ella se enclava la Capilla Real, donde duermen el sueño eterno los Reyes Católicos, su querida hija Juana (¿loca o enferma de amor?) y Felipe I, el Hermoso, bajo un impresionante mausoleo de marmol de Carrara. También se expone la espada de Fernando y el cetro de Isabel. En sus alrededores, gitanas de tez morena y cabello azabache te ofrecen el romero de la suerte y se prestan a leerte las líneas de la mano.





Mezquita mayor de Granada, el Islam recupera parte del terreno perdido. Islam significa sumisión y paz (en árabe, salam), sumisión a la voluntad de Alá. La palabra mezquita procede del árabe masyid, el lugar donde uno se postra. En un folleto que pude recoger en la mezquita se puede leer: Islam es la ciencia transformadora transmitida de forma sucesiva a su gente por Noe, Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, Moisés, José, Juan y Jesús, el hijo de María, el Mesías esperado y Muhammad, el profeta iletrado; anunciado en las escritura, la paz y las bendiciones de Allah sobre todos ellos.



En todos los jardines musulmanes te sientes acompañado por la musicalidad de un chorro de agua. Ayuda a reflexionar.







En febrero - marzo de 2013 el conde Drácula se apoderó de las calles granainas, como protagonista de Retro Back, el Festival de Cine Clásico de Granada.



Kasbah, un pequeño restaurante multicultural a las puertas del Albayzín. Sabores árabes, la más sofisticada de las culturas medievales: pastela de pollo, cous cous con ternera, falafel y samosas vegetales, acompañadas de un vino andalusí un tanto extraño.


El Palacio de los Córdova, un encantador rincón granadino, hasta hoy, desconocido para mí.



Chorrojumo, personaje entrañable, autoproclamado Rey de los Gitanos.




Reminiscencias moriscas y voces gitanas, suben de la mano por las empinadas callejuelas del Albayzin.






Desde el Sacromonte, corazón del flamenco, patria chica de los gitanos granainos, se puede admirar la Alhambra en su totalidad, sus murallas, almenas y vanos, torreones y palacios, el tupido bosque tapiza la ladera que desciende vertigionasamente sobre el Darro.




Mirador de San Nicolás, lugar de reunión de una marabunta de viajeros, hippies, mochileros, turistas y oportunistas. La más conocida de todas las postales que puedes comprar en Granada.


Cuando la primavera llega a la ciudad nazarí, los rayos del mediodía refulgen sobre el ladrillo colorao, la luz de la ciudad morisca, la piedra canta jondo, Albayzín gitano, callejuelas moras, palacio nazarí, fortaleza mora, catedral cristiana, universidad de la calle, alcohol y marihuana, cous cous y pastela, mezcla cultural, lo lejano de Oriente, lo cercano de aquí, exceso e personas ebrias en los bares, alboroto en las puertas, tristes perdidos, marabunta humana que destruye la magia de Granada.


Té moruno en la ciudad nazarí, aromas de canela endulzan sus abigarradas callejuelas, repostería árabe, miel, pistacho y almendra, un conglomerado de sabores llegados de más allá de la Sublime Puerta. El refinamiento oriental se hizo dueño y señor de las hermosas y fértiles tierras ibéricas, dieron forma a la ancestral Andalucía tartésica, fenicia, íbera y romana, y terminaron de configurar una cultura que continua latente tres siglos después.



Embrujo árabe, aroma dulzón de azahar, abigarrados caminos desde Bagdad a Granada, historias milenarias, poetas llegados de más allá del Cuerno de Oro, embaucan con sus cantos a las más inocentes doncellas, miel, pistacho y almendra, sabores de Oriente, dejaron su huella en esta tierra, dieron forma a la Andalucía antigua, ladrillo a ladrillo, patio a patio, fuentes y arrayanes, crearon los hábiles maestros árabes un lugar para la ensoñación.



Enclavada en la colina de la Sabika, alimentada por las aguas del Darro, al pie de Sierra Nevada, oteando con opulencia los viejos tejados granadinos, joya arquitectónica del lujoso arte islámico, la de los ladrillos rojos te susurra al pasear por sus jardines leyendas de otros tiempos, historias de sultanes y princesas, lejanos ecos de un pasado glorioso, Alhambra de Granada, un lugar para soñar despierto y un Edén al que escapar del cotidiano mundo que nos rodea.


Morisca, gitana y bruja. Siete siglos hechizando a todo el mundo, embaucando al incauto (o la incauta) que se pierde por las intrincadas callejuelas del Albayzin. Agasajados con viandas y caldos de la tierra en bares, tascas y tarbenas. Los reyes de la decadente dinastía nazarí tallaron la obra maestra del arte islámico en la colina de la Sabika, por haberte perdido, el rey Boabdil lloró lágrimas de sangre. Maravilla morisca, sonidos gitanos, medieval y moderna, universitaria, callejera y contemporánea, destino obligado para todos, estudiantes, turistas, vagamundos y viajeros . . . romántica y moderna, gitana y mora . . .




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