domingo, 22 de junio de 2014

LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y LOS ESTUDIANTES DURANTE LA EDAD MEDIA.



Salamanca, tradición y solera. Con sus viejos libros bajo el brazo lo estudiantes van y vienen, recitan las lecciones mientras pasean bajo los porches que rodean las plazas y el patio de las Escuelas Menores, o descansaban bajo el sol y comparten inquietudes y vivencias con allegados, compañeros y amigos. El área circundante a la facultad salmantina sigue vibrado después de varios siglos con la dinámica vida universitaria. 

La Universidad de Salamanca fue fundada en 1218 y en 1254 un "Privilegio" otorgado por Alfonso X el Sabio, protector de las artes y patrocinador del conocimiento, reglamentaba su organización y funcionamiento, convirtiéndola en una de las universidades más antiguas de Europa. Además, por medio de una bula pontificia expedida por Alejandro IV en 1255 fue la primera institución educativa que obtuvo el título (o rango) de Universidad. Un centro dedicado en cuerpo y alma, al conocimiento por el conocimiento. Con el tiempo se convirtió en una de las más importantes y prestigiosas de la Corona de Castilla y de toda España (más adelante aún, durante la Edad Moderna, de Europa). Y para corroborar tal afirmación nos queda la voz popular; "Quien quiera saber, que vaya a Salamanca".

Durante la Edad Media ni los estudios, ni la vida del estudiante, ni la labor de los profesores, se parecían en nada a nuestro actual ritmo académico. 


Los jóvenes estudiantes iniciaban su formación universitaria a la temprana edad de quince o dieciséis años. En ocasiones, compartían aulas con estudiantes más tardíos, normalmente clérigos. 

Horarios y jornada.
Las clases, impartidas siempre en latín, auténtica correa de transmisión cultural y lengua vehicular, comenzaban a las seis o las siete de la mañana y se dividían en tres partes. 

- Durante la exposición, a lo largo de la primera hora de la mañana, aproximadamente de 6 a 9, el maestro leía y comentaba un texto.

-  Entre las diez y la hora de la comida se celebraba la disputa, es decir, el debate con lo alumnos de lo leído y comentado en la primera parte.

-  En la sesión de tarde los alumnos recordaban memorizaban y repetían todo lo expuesto, debatido y las conclusiones que se habían alcanzado. 

Planes de Estudio.
Como sigue sucediendo en la actualidad, los estudios estaban perfectamente reglamentados y organizados. Y no se podía acceder a los grados superiores sin haber cursado y superado los inferiores.

Los estudiantes se matriculaban en la Facultad de Artes donde cursaban las artes liberales, divididas en el trivium (gramática, dialéctica y retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música), en un precedente de nuestra errónea división del conocimiento entre Letras y Ciencias. Al finalizar las Artes Liberales obtenían el grado de bachiller.

Una vez convertido en bachiller el estudiante ingresaba en las Facultades Mayores, donde podían estudiar Medicina (4 años), Derecho (6 años) y Teología (5 años). Para ser profesor debían obtener la licenciatura, que les obligaba a estudiar cuatro o cinco años más, terminando sus estudios entre los 30 y 35 años.

¿Quién podía estudiar?
Los estudios universitarios eran largos y muy costosos, por ese motivo únicamente podían cursarlos hijos de burgueses, de ricos terratenientes y de los nobles, aunque habitualmente estos últimos preferían enfocar su vida a la carrera de las armas, en vez de los libros. En ese sentido, muchos burgueses compensaban su falta de privilegios feudales, con una mayor preparación académica. 

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