El
Castillo de Bratislava y Svatopluk son dos de los símbolos patrios
de la nación eslovaca.
La
colina donde se ubica el castillo estaba habitado en una época tan
temprana como el Neolítico, durante el Imperio Romano y por
supuesto, fue un imporante enclave estratégico para la Gran Moravia.
La ciudad de Bratislava, la antigua Presburgo, dominada, y protegida
por este castillo fue centro del temprano estado moravo, y parte
importante del Reino de Hungría y del Imperio Austrohúngaro.
El
castillo de Bratislava - Bratislavsky hrad - se edificó junto a un
vado del río Danubio en un lugar concreto desde el que dominar la
ciudad. Una fortaleza que controla una ruta comercial cuyo origen se
remonta al siglo X, cuando es mencionado en los Anales de Salzburgo
(907). Además de su función militar, la colia servía de centro
administrativo de la Iglesia y del Estado.
De
la brillante época de la Gran Moravia quedan los restos de un
palacio principesco y de una gran basílica de tres naves, del siglo
IX. En estos momentos constituía, junto con el Castillo de Devín,
la frontera con los francos.
La
Torre de la Coronación, localizada en el suroeste del conjunto fue
construida en el siglo XIII. El aspecto actual le fue conferido por
el rey húngaro y emperador germánico, Segismundo de Luxemburgo,
cuando en 1427 ordenó la construcción de un enorme palacio gótico
de dos plantas, amurallado y rodeado por un foso. En el Renacimiento
adquirió su plano cuadrado y el patio central. Y tras la batalla de
Mohacs (1526) que supuso la derrota de Hungría, el palacio-castillo
de Bratislava se convirtió en residencia de los Reyes de Hungría.
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