viernes, 10 de enero de 2025

CICLO ARTÚRICO. CONSOLIDACIÓN LITERARIA DEL CICLO. LA VULGATA.


 



Se conoce con el nombre de Vulgata a una famosa y exitosa recopilación de textos del Ciclo Artúrico compuesta en la Edad Media. También es conocida como Ciclo Lanzarote-Grial y llegó a ser considerada la auténtica y verdadera historia de los caballeros de la Tabla Redonda. Esta colección de textos supone la consolidación literaria definitiva de las aventuras del rey Arturo y sus extraordinarios caballeros errantes. 




Prácticamente toda la tradición artúrica, interpretada y reinterpretada continuamente, bebe de la Vulgata.


"Un prosista de genio ordenó una extensa narración que se conoce con los nombres de Gran San Graal, Lancelot en prosa o simplemente Vulgata, en la que la leyenda, perfectamente estructurada y ensanchada con numerosos motivos y episodios, se convierte en una maravillosa novela de simbólico misticismo".

Riquer-Valverde. Historia de la literatura universal.



La Vulgata está compuesta por cinco libros:

  • L'estorie del Saint Graal

  • Estorie de Merlín

  • Lancelot

  • Queste del Saint Graal

  • La Mort Artu




Las dos primeras fueron compuestas y añadidas posteriormente, como una larga ( y necesaria) introducción a todo el conjunto. Se trata de la prosificación de las obras de Robert de Boron. Las tres últimas reciben el nombre conjunto de Lanzarote en prosa, debido al gran protagonismo que en ellas alcanza el citado personaje.


Redacción y autoría.




Los libros del Lanzarote en prosa fueron escritos entre 1215 y 1235. En la redacción se recurrió a la prosa, abandonando el verso utilizado por Chretien de Troyes y Robert de Boron. Se entendía que la prosa era más veraz, por tanto mas apta para relatos históricos que pretendían ser verídicos, mientras que el verso, más frívolo e irracional, quedaba desterrado al mundo de la imaginación y la fantasía. Varios pasajes citan a Walter Map, archidiácono de Oxford, canónigo de San Pablo e historiador, como el autor material de la compleja obra. Map falleció en 1210 por lo que difícilmente pudo escribir el Lanzarote en prosa.




En realidad la redacción de estas tres obras no corresponde a la pluma de un único autor, existen diferencias notables entre ellas, según han estudiado los especialistas en la materia. La Queste del Saint Graal y la Muerte de Artus, parecen deberse cada una de ellas a un único autor, mientras que es posible la intervención de varias manos en la redacción del Lancelot. Al parecer todos estos escritores trabajaban de forma coordinada , o al menos, desarrollando un plan, una trama, diseñada de antemano.




La concatenación de episodios entre las tres obras del Lanzarote en prosa, su rigurosa progresión y el entrelazamiento de las tramas a través de una serie de profecías, parecen confirmar la existencia de un director, un maestro de obra que diseñó lo esencial del ciclo. Una persona que bien pudo escribir algún fragmento del texto, bosquejar las ideas principales para, posteriormente, encomendar a sus colaboradores la mayor parte de la producción literaria.




¿Pudo Walter Map esbozar la obra antes de su muerte. Encontró alguien el manuscrito de Map, totalmente desconocido, y lo utilizó para componer el Lanzarote en prosa?.


Además de al citado Walter Map, los autores de la Vulgata hacen referencia a un libro que fue concedido por el mismo Cristo, y a la obra de un tal Blaise. Pero ¿quién es el misterioso Blaise?.




Blaise es un escritor ficticio, que bautizó a Merlín, liberándolo así de la influencia de los demonios que habían orquestado su concepción y nacimiento. Según Robert de Boron, y a petición del mago, pondrá por escrito los sucesos de la vida de Merlín, a modo de escribano.


Con todas estas referencias, a supuestos libros, los autores de la Vulgata, pretendían dar forma y consistencia, a un argumento de autoridad que diera paso a la narración. De paso, en caso de conflicto con la iglesia, podrían desviar la culpa y la responsabilidad.




Es posible, por otro lado, que estos escritores fueran monjes del Císter, o influenciados, por la nueva doctrina. El éxito de la búsqueda del Grial viene determinado por el valor ascético, la humildad de los caballeros y su obediencia a Dios. Pero por otro lado, el texto también está plagado de ideas místicas, ascéticas y esotéricas heterodoxas, que se apartan del camino marcado por la ortodoxia dogmática imperante. Por todo ello, muy sabiamente, los autores decidieron borrar sus nombres de la historia.




Esta artimaña literaria de recurrir a libros imaginarios y autores inexistentes ya la utilizó Chretien de Troyes. En el prólogo al Cuento del Grial afirma que todo lo narrado procede de un libro que le entregó Felipe, conde de Flandes. Recordamos también a Kyot el provenzal, utilizado por Wolfram von Eschenbach en su Parzival (otra obra inspirada en el Cuento del Grial), a Cide Hamate Benengueli, autor de la auténtica biografía de Don Quijote de la Mancha, que Miguel de Cervantes pudo conseguir en el alcaná de Toledo, o el fascinante Abdul Alhazred, el árabe loco , autor del grimorio Necronomicón surgido de la inquietante y fecunda mente de H.P. Lovecraft.


José de Arimatea y Merlín.




El primer libro de la Vulgata es L'estorie del Saint Graal. Estamos básicamente ante un refundición, con algunas modificaciones, de la obra del mismo titulo escrita por Robert de Boron. José de Arimatea llega a Gran Bretaña portando el Grial de la Última Cena.




Estorie de Merlín cuenta la vida de su protagonista, sus prodigios y su encuentro con Arturo. Como en el libro anterior, una revisión con pequeñas modificaciones de lo ya escrito por Robert de Boron y Geoffrey de Monmouth.


Lancelot.



Lancelot es la obra más extensa del ciclo y ocupa prácticamente la mitad de toda la Vulgata. Debido a su gran amplitud se decidió su partición en tres; el libro de Galahot, el libro de Meleagant (o de la Carreta) y el libro de Agravaín.




Este Lanzarote en prosa está basado fundamentalmente en la obra de Chretien de Troyes, el Caballero de la Carreta, y en el original francés perdido de la novela Lanzelet, traducida al alemán por Ulrich von Zatzikhoven.




En esta obra, centrada en la vida y hazañas del caballero que le da nombre, aparecen citados más de cuatrocientos personajes, con sus cuitas e historias. Una magna obra. Al estilo de las actuales producciones televisivas como Vikingos o Juego de Tronos.




A lo largo de la obra se van concatenando los hechos de armas y las aventuras de los caballeros de la Tabla Redonda, cobrando especial protagonismo la biografía de Lancelot. Entre aventura y aventura se narra la infancia de Lancelot, nacido del linaje del rey David, su crianza educación e instrucción por parte de la Dama del Lago, su investidura, y las hazañas que lo convirtieron, gracias a su gran valor y nobleza, en el mejor caballero del mundo.



Acogido en la corte del rey Arturo, Lancelot conoce a la reina Ginebra, e inician un apasionado (y desafortunado) romance. En estas relaciones adúlteras es mediador un caballero llamado Galehault (el Galeotto de Dante). Además se recuperan historias como el valerodo rescate de Ginebra tras ser secuestrada por Meliagaunt.


Entre los contenidos del Lanzarote cabe destacar dos relatos, el descubrimiento de la infidelidad y la concepción de Galahad.




Morgana, que odiaba profundamente a su cuñada, descubre la relación prohibida entre Ginebra y Lancelot, y decide raptar al caballero. Encerrado, aislado de todo menos de sus recuerdos, Lancelot dedica el tiempo a pintar las paredes de su presidio con hermosos murales en los que cuenta su vida, y sus amores con Ginebra. Pinturas que más tarde descubrirá un desolado rey Arturo.




"El adulterio cometido hará que Lancelot , en la continuación de esta novela, no pueda contemplar el graal sin limitaciones, ya que el episodio fundamental de El Cuento del Graal de Chretien de Troyes, es decir, el desfile que presenció Perceval en el castillo, es en esta extensa compilación en prosa el núcleo alrededor del cual gira toda la ficción, con un nuevo sentido". (Riquer-Valverde).




Elaine de Cobernic, hija del rey Pescador, descendiente del linaje de José de Arimatea, utiliza un bebedizo para hechizar a Lancelot y copular con él, pues el caballero creyó estar en compañía de Ginebra. Después de yacer con Lancelot, Elaine quedó encinta de Galahad, destinado a triunfar donde fracasó su padre (por culpa del pecado del adulterio) y encontrar el Santo Grial.





La novela finaliza cuando Galahad alcanza la edad necesaria para ser armado caballero.


La Queste del Grial.




Concluye el Lancelot y comienza La Queste del Graal. La narración gira en torno al joven Galahad y a otros caballeros que participarán de la demanda o búsqueda. Es la aventura por la aventura, el lanzarse a los caminos sin miedo, sin añorar el pasado ni preocuparse por el futuro. La búsqueda del Santo Grial (como la de la Atlántida, el maravilloso continente hundido) no deja de ser una metáfora del viaje interior, del camino del héroe. Cada individuo acomete la búsqueda de su Santo Grial personal. Estamos ante una de las aventuras más grandes de todos los tiempos. En palabras de Riquer-Valverde "la novela más impresionante y mejor escrita" de la trilogía original de la Vulgata.




La historia comienza durante la celebración de Pentecostés. Toda la corte se ha reunido para conmemorar tan señalada festividad del calendario litúrgico cristiano. Alrededor de la Tabla Redonda están sentados todos los caballeros acompañando a su rey, Arturo. Un único asiento permanece libre, el Asiento Peligroso, que desde la Pasión de Cristo estaba reservado para el caballero perfecto, y que nadie había podido ocupar. Acontecen una serie de presagios que anuncian la llegada del elegido.




"[...] Cuando ya estaban sentados, se dieron cuenta de que habían venido todos los compañeros de la Mesa Redonda y que todos los asientos estaban ocupados, excepto [...] el Asiento Peligroso. Se habían comido ya el primer plato, cuando [...] todas las puertas y ventanas del salón donde comían se cerraron solas, sin que nadie las tocara, pero la sala no se oscureció [...] entró un hombre viejo y anciano vestido con una túnica blanca: no había caballero ahí dentro que pudiera saber por donde había entrado. El anciano venía a pie y traía de la mano a un caballero vestido con armadura bermeja, sin espada y sin escudo. Cuando hubo llegado al centro de la sala, dijo:


- La paz sea con vos [...] Rey Arturo, te traigo al Caballero Deseado, del alto linaje del rey David y emparentado con José de Arimatea. Con él culminarán las maravillas de este país y de tierras extrañas. Helo aquí.


[...] El anciano lo lleva derecho al Asiento Peligroso, ante el que está sentado Lanzarote; levanta el velo de seda que había puesto antes, encontrándose con las letras que dicen: ESTE ES EL ASIENTO DE GALAHAD. El buen hombre mira las letras, ve que está recién escritas, al menos así lo parece, y reconoce el nombre, entonces se dirige al joven y le dice en voz tan alta que todos los demás lo oyen:


- Señor caballero, sentaos aquí, pues este lugar es vuestro."




Entonces, el milagroso cáliz, (tal vez) como homenaje al elegido, aparece flotando sobre la reunión de caballeros, sirve a cada comensal, y desaparece. La desmaterialización del Grial a la vista de todos, origina (de alguna manera) en el corazón de los presentes, el anhelo de alcanzarlo. Así se inicia su búsqueda, el momento de lanzarse sin miedo ni remordimientos por lo que se deja atrás, en pos de la sagrada reliquia. Los caballeros de la Tabla Redonda, pero también algunos otros que no pertenecían a la fraternidad, parten a la aventura, tomando cada uno de ellos, un camino diferente. El destino espera más allá de la difusa línea del horizonte.




El recién llegado es armado caballero por su propio padre, Lancelot, que no reconoce en el muchacho, a la carne de su carne. El sabio rey Arturo concede su gracia y da su consentimiento para que Galahad también participe de la búsqueda del Grial.




Los valientes, y desde este momento, errantes caballero, parten en su búsqueda, la famosa Queste o demanda del Grial. La mejor corte del mundo se dispersa para siempre. La narración sigue los pasos y las aventuras, llenas de fantasía, de estos caballeros andantes.




Irremediablemente todos los caballeros fracasarán como consecuencia de sus pecados y su irrenunciable apego a la vida material. Una existencia mundana y placentera, pero espiritualmente vacía.



Gauvain, sobrino del rey Arturo, se pierde en empresas ajenas a la Queste. Los ermitaños le reprochan sus pecados, y el caballero se mantiene alejado de los sacramentos. Valiente, pero no lo suficientemente puro para completar la misión.




Lancelot, acaso el más valiente (y casi perfecto) caballero que ha existido jamás, el más hábil paladín, debe purgar su adulterio con la reina y no tiene más remedio que luchar desesperadamente contra los poderes que le impiden concluir la demanda con éxito, manteniéndose apartado de la búsqueda como un excomulgado. La confesión y su sincero arrepentimiento, a la que sigue una dura penitencia, transforman al antiguo caballero pasional y enamorado, en un asceta.




Son tres caballeros los que alcanzarán, en diferente grado, el éxito, Bors el Desterrado, que mantiene una actitud ascética y admira a los ermitaños por la pureza de su alma. Lucha para proteger a los más desvalidos y consigue vencer a las tentaciones urdidas por el propio Diablo. Perceval, el caballero inocente e ingenuo que presentó al mundo el bardo Chrétien de Troyes. Y Galahad, el caballero perfecto, si mácula, destinado a ocupar el Asiento Peligroso. Los tres son elegidos como los más puros y dignos.




Los tres héroes realizan el último tramo de la búsqueda en una nave de mágica esencia, construida por el rey Salomón, el monarca de proverbial sabiduría y adalid de la justicia en su estado de máxima pureza, con árboles del Paraíso Terrenal. En ella reúne una serie de símbolos mesiánicos. En la prodigiosa nave se encuentra la espada del rey David, que únicamente se deja desenvainar y empuñar por Galahad, su último descendiente, y que solo admite como tahalí las trenzas de la hermana de Perceval (que en la Vulgata aparece sin nombre).



Esta joven y delicada doncella, de rubios cabellos, es la encargada de guiar el bajel del rey Salomón. Aunque no tardará en morir. Se sacrificará voluntariamente ofreciendo su sangre para curar a una leprosa de su horrible enfermedad. El cuerpo de la doncella es depositado en la nave en la que luego embarcará Lancelot. Navegando en solitario, únicamente con la compañía de la joven difunta, arribará al castillo de Corbenic.




Debido a su pasado y a no tener confianza y fé ciega en el Creador, el caballero del Lago se tendrá que conformar con simplemente vislumbrar las maravillas del Grial. Sus pecados le condujeron inevitablemente al fracaso.




Galahad, que por designio divino había abandonado la nave, realiza increíbles hazañas, de esas que perduran en la memoria popular centurias, que ya habían sido profetizadas mucho tiempo atrás (¿en el Antiguo Testamento?), y tras cinco largos años de existencia solitaria y vagabundeo errante, se reencuentra con Perceval y Bohort. Los tres juntos llegan al castillo de Cobernic.




En Cobernic, el castillo residencia del rey Pelles, el lugar donde fue concebido (mágicamente) Galahad, y en compañía de nueve caballeros desconocidos (¿los Nueve de la Fama?), celebran una especie de recreación de la Última Cena. Entonces acontece el milagro.



José de Arimatea desciende del Cielo para presidir la mesa sobre la que reposa el Santo Grial, acompañado por cuatro ángeles que portan dos cirios, un paño y la sagrada lanza de Longinos, de cuya punta gotea sangre. Sangre que utilizará Galahad para sanar al rey Tullido. Triunfará allí donde fracasó Perceval.




José de Arimatea, en función de obispo, oficia una misa y del Santo Cáliz emerge la figura de Cristo, que administra la comunión a los doce caballeros presentes en la reunión. Se ha producido el milagro de la transubstanciación. Concluida la liturgia, y en estado de ascetismo, Galahad, Perceval y Bohort embarcan de nuevo en el bajel salomónico, llevando con ellos el Grial. Ponen rumbo a Sarras, donde se ubica el Palacio Espiritual, o sea, la Jerusalén Celeste (¿el Reino de los Cielos?).




El rey de Sarras encarcela a los tres desventurados caballeros, que se mantienen todo un año entero gracias a la presencia del Grial. Transcurrido un año el rey muere y una voz divina incita a los súbditos a ofrecer la corona a Galahad, que la acepta con humildad.




Poco a poco nos acercamos al clímax final. Galahad contempla una comunión de ángeles que rodean el Grial y le son revelados todos sus secretos. Tras recibir la comunión alcanza el éxtasis y muere.




Una mano misteriosa, suponemos divina, recoge la lanza, el Grial y se los lleva al Cielo. Desde aquel entonces , nadie ha vuelto a ver esos objetos sagrados sobre la faz de la Tierra.



Perceval se convierte en ermitaño , y también fallece poco después. Bohort se encarga de enterrarlo junto a su hermana y a Galahad. No se conoce el nombre del lugar.



El único superviviente, Bohort, con la cordura prácticamente intacta, regresa a Camelot para narrar a la corte todas estas maravillosas aventuras.


"Destaca en todo el libro, reconocido por la crítica como una de las obras maestras de la literatura francesa, además de una gran solvencia narrativa en la presentación de personajes, escenas, efectos, etc, y de un nuevo tratamiento espiritual de la materia, la reinterpretación religiosa de los valores caballerescos entendidos de manera mística y trascendente, tras la cual se reconoce la influencia cisterciense. El carácter simbólico de los episodios es evidente, pero, además, el autor anónimo (o autores) los explica alegóricamente, de manera que acción y glosa van de la mano. La primera no tiene sentido sin la explicación alegórica constante. El influjo cisterciense es patente en la utilización de los recursos del ars praedicandi, en el elogio de la castidad, en la exaltación del ascetismo, en la entronización de la milicia "celeste" y en el arrebato místico final de Galahad". (Los orígenes del Grial en las leyendas artúricas: interpretaciones cristianas y visiones simbólicas. Rafael Beltrán).


La muerte de Arturo.




La Morte li roi Artu cierra (definitivamente) la Vulgata, presenta el desenlace del ciclo, un final dramático (creencia humana de que todo puede ir a peor), trágico y catastrófico, con cierto sentido épico, de todo un mundo cortés, maravilloso y perfecto, condenado irremediablemente (por la debilidad humana) a la destrucción.



Este último capítulo se abre con el regreso de Bohort a Camelot donde relatará los maravillosos prodigios que ha visto con sus propios ojos. Abandonamos el misticismo de la Demanda y volvemos al ambiente mundano y caballeresco de la corte de Bretaña, en franca decadencia y sumida en la depresión por la ausencia de tantos valientes paladines.




El autor (o autores) añaden los desenlaces de las diferentes tramas que se habían iniciado en el Lancelot (volumen 3 de la Vulgata), de manera que no se reproduce la infidelidad de Ginebra con Mordred, que aparecía en las primeras narraciones artúricas, sino que mantiene su romance con Lancelot. 




Por otra parte una de las tramas más populares de todo el ciclo artúrico, y tema central de la película el Primer Caballero, cuyo trío protagonista lo formaron Sean Connery, Richard Gere y Julia Ormond. Una relación adúltera que contribuirá a la caída de Logres (el nombre del Reino de Arturo en la Materia de Bretaña, derivado del galés).




Arturo recobra, de nuevo, todo el protagonismo, el reino de Camelot nació con él, y sucumbirá con él. Toda la obra aparece envuelta en una atmósfera de gran pesimismo, un ineludible destino aciago.




Adulterio.

El rey descubre el adulterio de Ginebra con su amigo, admirado paladín y hermano de armas, el caballero Lanzarote, y se lanza en implacable persecución del compañero traidor. La gloriosa Mesa Redonda estalla en una cruenta guerra civil, antiguos hermanos de armas rompen sus juramentos de fidelidad y se lanzan unos contra otros en un holocausto sin sentido. Corazón destrozado por la rabia, la incomprensión y la tristeza. Su mundo se desmorona a su alrededor.




Se recupera, además, la guerra contra los romanos y la conquista de Francia por los caballeros de Arturo, aunque un tanto difuminada por el conflicto entre el rey y el caballero.




Pero no solo Ginebra sucumbe a los encantos del Lancelot. La joven doncella Elaine de Astalot – Dama de Shalott - muere de amor al no ser correspondida por el gallardo y valiente caballero. Esta trágica figura literaria tuvo gran influencia en los poetas del siglo XIX y en los pintores de la hermandad prerrafaelita.





Ginebra muere y cuatro años después, apartado del mundo como ermitaño (lleno de remordimientos tal vez), también fallece Lancelot. Un final sin gloria para el más grande de los caballeros andantes (con permiso del hidalgo manchego don Alonso Quijano). Las puertas del Valhalla no se abrirá para él.




Fratricidio.

Arturo sufrirá otra traición, aunque no tan dolorosa, la de su sobrino e hijo Mordred, fruto de la relación incestuosa con una de sus hermanas, probablemente Morgause, que se levantará en armas contra el rey. Enfrentamiento fratricida que ya aparecía en las obras de Geoffrey de Monmouth y Robert Wace.




El choque definitivo de los dos ejércitos aconteció en la batalla final, en Salisbury. Arturo consigue derrotar y dar muerte a Mordred, aunque acaba fatalmente herido.


Crespúsculo.




Arturo Pendragón llega moribundo a orillas del mar, y ordena a Sir Griflet le Fise que su espada, Excalibur, sea arrojada al lago. De las aguas emerge la misteriosa mano de la Dama del Lago, agarra la espada y desaparece para no volver a ser vista jamás.




Morgana, siempre fiel, como la abnegada Connie Corleone con su desquiciado hermano Michael, llega hasta el lugar en una barca, que parece movida por la niebla, recoge el cuerpo agonizante del rey sin reino y lo lleva consigo. La embarcación desaparece engullida por las brumas. Cae el telón.


“Esta novela constituye el crepúsculo de la corte del rey Artús, conducido y narrado con tal habilidad que el lector que antes ha seguido con atención el Lancelot en prosa y la Demanda del graal ve desmoronarse y aniquilarse la antigua gallardía, el espíritu caballeresco y los viejos valores cortesanos del amor, que se funden como consecuencia del agotamiento y del pecado”. Riquer-Valverde. Historia de la Literatura Universal.



Estos episodios son populares, muy conocidos, versionados y repetidos por diferentes autores de la literatura desde la Edad Media, la pintura del siglo XIX o el cine del siglo XX. Historias que ya no están propiamente vinculadas con la búsqueda del Grial, pero dejan abierta la puerta a artistas y creadores posteriores, que seguirán recreando, reinterpretando y enriqueciendo toda esta fascinante e inagotable materia de Bretaña.


Con todo, lo más sugerente, son todas esas preguntas que quedan en el aire, interrogantes sin resolver: ¿a dónde trasladó Morgana el cuerpo de Arturo?, ¿realmente murió Arturo?, ¿podrá regresar algún día (el rey bajo la montaña)?, ¿cuál fue el destino del Santo Grial?.


“En el llano de Salebieres comenzó la batalla, por la que el reino de Logres fue a la destrucción, a la vez que muchos otros, porque después no hubo tantos nobles caballeros como había habido antes; tras su muerte, las tierras quedaron desoladas y yermas, sin buenos señores, pues todos murieron con gran dolor y aflicción”.

Muerte del rey Arturo, cap. 181


Para que el lector, pasado, presente o futuro, tenga claro que este es el final definitivo, el autor deja muerto a todos los personajes (aunque mantenga la incógnita de lo que sucedió al rey). Ginebra y Lanzarote reciben por separado a la Parca, Arturo y Mordred se dan muerte mutuamente y los caballeros de ambos ejércitos sucumben a las armas del rival. Todo está consumado.



La música de Richard Wagner y las leyendas del ciclo artúrico, la magia visual del cine, la épica y el dramatismo, el enfrentamiento cara a cara con el ineludible destino, el orgullo y la decadencia. El espíritu trágico europeo condensado en un par de minutos de metraje.

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