La emperatriz Isabel de Portugal,
esposa amada del emperador Carlos V, muere en Toledo. La comitiva
fúnebre parte hacia Granada encabezada por Francisco de Borja, duque
de Gandía. Al llegar a la ciudad nazarí se abrió el féretro de la
reina, y al contemplar los estragos de la muerte, compungido exclamó:
“Nunca más, nunca más servir a señor que se me pueda morir”.
El duque abandonó el oficio de las armas e ingresó en la Orden de
Jesús. El pintor José Moreno Carbonero nos regala la estampa.
La pared inmaculada
Hace 1 hora
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