James Douglas, intrépido
aventurero y señor de la guerra de un famoso clan escocés, había
sido seguidor del célebre William Wallace, compañero de Robert I
Bruce y tomó parte de las guerras de independencia de Escocia,
participando (entre otras) en la batalla de Bannockburn.
Cuando murió Robert
Bruce, su amigo James Douglas quisó cumplir la voluntad del rey de
Escocia y enterrar su corazón en Tierra Santa. Durante el viaje hizo
una parada en Flandes y allí se enteró de una cruzada que el rey
Alfonso XI de Castilla había organizado contra el Reino Nazarí de
Granada. Ni corto ni perezoso condujo a sus hombres a las cálidas
tierras del sur de Europa.
Douglas y sus caballeros
se unieron al ejército de Alfonso XI y se enfrentaron al rey Mohamed
IV de Granada en la batalla de Teba (Málaga). A pesar de la victoria
castellana, el bravo James Douglas murió durante el combate, víctima
de la táctica de tornafuga de la caballería bereber. Pero no
terminaron aquí ni sus viajes, ni su aventura. Sus fieles compañeros
recogieron su cadáver y cabizbajo trasladaron sus restos, y el
corazón embalsamado de Bruce, para darles cristiana sepultura en la
tierra de la madre patria escocesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario