Los nobles polacos,
sedientos de poder y descontentos con el gobierno de Boleslao II,
inician una rebelión y organizan tal revuelo que el rey tuvo que
huir del país. Esos mismos nobles sentaron en el trono a su hermano
Vladislaw I Herman, en virtud del principio de monarquía electiva,
que convierte a los potentados en los verdaderos depositarios del
poder político.
Vladislao fue un títere
en manos de los nobles polacos y además se vio obligado a pagar un
tributo al reino de Bohemia. Incluso sus propios hijos se sublevaron
y empezaron a robarle algunos territorios.
Tras su muerte sus hijos
se enfrentaron por sucederle, sumiendo el reino en las tinieblas e
incertidumbres de la guerra civil. Finalmente Boleslao III
Bocatorcida se alzó con el triunfol.
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