Conocido
como “el gran vagabundo”, Al Surunbaki, guerrero, aventurero y
bandolero, campaba a sus anchas por las tierras del centro y norte de
Portugal, depredando las regiones de Santarem y Coimbra, penetrando
en ellas desde su base en Oporto, y regiones de Extremadura
aprovechando que las potencias del momento, Reino Astur y el Emirato
de Córdoba, no eran capaces de controlar (siquiera remotamente) tan
amplio territorio. En cierta ocasión unió fuerzas a Ibn Marwan y a
Alfonso III para luchar y derrotar a los omeya cordobeses.
Pequeños cuentos centroeuropeos
Hace 59 minutos
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