Frente
a la Real Colegiata de Santa María la Mayor en Antequera, su
localidad natal, es erige la estatua de Pedro Espinosa, poeta,
teólogo, antólogo del barroco y miembro destacado de la escuela
antequerano-granadina de nuestro Siglo de Oro.
“El Sol a noble furia se
provoca
cuando sin luz lo dejas descontento,
y, por gozarte, enfrena el movimiento
el aura, que de gloria se retoca;
tus bellos ojos y tu dulce boca,
de luz divina y de oloroso aliento,
envidia el claro sol y adora el viento,
por lo que el uno ve y el otro toca.
Ojos y boca, que tenéis costumbre
de darme vida, honraos con más despojos;
mi ardiente amor vuestra piedad invoca.
Fáltame aliento y fáltame la lumbre.
Prestadme vuestra luz, divinos ojos.
Beba yo vuestro aliento, dulce boca”.
cuando sin luz lo dejas descontento,
y, por gozarte, enfrena el movimiento
el aura, que de gloria se retoca;
tus bellos ojos y tu dulce boca,
de luz divina y de oloroso aliento,
envidia el claro sol y adora el viento,
por lo que el uno ve y el otro toca.
Ojos y boca, que tenéis costumbre
de darme vida, honraos con más despojos;
mi ardiente amor vuestra piedad invoca.
Fáltame aliento y fáltame la lumbre.
Prestadme vuestra luz, divinos ojos.
Beba yo vuestro aliento, dulce boca”.
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